Los coches que cambian de color podrían llegar en 2027

BMW ve factible la llegada a producción de su tecnología E Ink, que permite variar a placer el tono y el diseño de los paneles de la carrocería.

Coches que cambian de color

Un ejemplo de lo que es capaz el E Ink.

Elegir el color de un coche es algo a lo que el comprador promedio le da bastante importancia. Las tendencias demuestran que hay tonos que son tremendamente populares, como el blanco, el gris, los plateados o el negro; mientras que colores más vivos o llamativos son mucho más minoritarios.

Pero, ¿qué ocurriría si no hubiera que decantarse por una única tonalidad y la carrocería del coche pudiera cambiar a placer según lo que quiera el conductor? Puede parecer algo futurista, pero es una tecnología que ya existe, la E Ink de BMW, que ya se ha visto en prototipos, pero que desde la marca afirman que podría llegar a producción dentro de tan solo tres años.

Hablando con Drive, la Doctora Stella Clarke, ingeniera australiana detrás de esta tecnología, considera que 2027 es una fecha muy factible para que se aplique a coches de calle.

“La visión sería llevar esto a una amplia base de clientes y el sueño es que en una fábrica de automóviles ya no haya las tradicionales cabinas de pintura con aerosol, sino que todo reciba [E Ink] y cada automóvil pueda pintarse en todos los colores”, señala.

Lógicamente, es consciente de que en un primer momento no será una opción muy económica, pero que poco a poco irá rebajando su precio: “La verdad es que probablemente no será lo más rentable al principio, así que me lo imagino comenzando en un mercado selectivo y luego, con suerte, ampliándose”.

También ha aprovechado la entrevista para explicar cómo funciona y para resolver algunas dudas que pueden tener los potenciales compradores, como el hecho de qué ocurre cuando el coche está apagado.

“Se alimenta con electricidad y cada pequeño segmento [de la carrocería] necesita dos puntos de contacto y se aplica un pequeño voltaje entre ellos para cambiar los colores, pero cuando se quita la energía, el color permanece allí. Cuando el coche está apagado, permanece del mismo color. ¡No necesita energía para estar encendido! Ninguna luz puede hacer eso. Y para cambiar el color de un vehículo completo no se requiere mucha energía, solo se usan unos 20 vatios, lo que equivale aproximadamente a una sola bombilla o una tira de LED en la puerta”, explica.

Seguridad y desarrollo

Aunque sobre el papel es una tecnología interesante, llevarlo al mundo real, más allá de exhibiciones como el CES, en el que se presentó por primera vez, tiene sus dificultades.

“La seguridad es importante, tiene que ser [una tecnología] segura. En el tráfico en movimiento, no quieres que todos los coches parpadeen y sirvan de distracción, por lo que tendrías que introducir leyes que digan que puedes cambiar tu coche mientras está estático, pero no mientras está conduciendo. Va a ser muy específico de cada país, señala.

Además, comenta que todavía quedan test por llevar a cabo: “También hay que probar una cierta resistencia a la temperatura, es necesario bajar a -40 y subir a más 90, y la posibilidad de que se impacten fragmentos de piedra también es un desafío”.

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Mario Herráez

Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.

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