Mitsubishi es un enorme conglomerado de empresas de la más diversa índole, por eso no sorprende que el gigante asiático las utilice para crear sinergias que mejoren sus productos. Sin embargo, en ocasiones las relaciones establecidas son peculiares.
Dentro del grupo se encuentra Mitsubishi Electric Corp., que entre sus muchas actividades tiene el suministro de componentes y tecnología para los misiles aire-aire del ejército japonés. ¿Cómo afecta esto a la rama automovilística de la marca?
Conscientes de que se han quedado ligeramente atrás en el desarrollo de coches autónomos (aunque presentaron un prototipo el año pasado), la idea es implementar la tecnología de origen militar para crear sistemas de asistencia aplicados a un coche que se conduzca por si mismo antes del año 2020. Así lo explica Katsumi Adachi, ingeniero jefe de la división de equipamiento de Mitsubishi Automotive: “Lo único que debemos hacer es combinar los componentes que ya tenemos”. Y por componentes se refiere a sónares, sensores, cámaras y radares de ondas milimétricas. El problema, comenta Adachi, está en los costes: “Ajustar costes en el sector automovilístico es más difícil que en el aeroespacial”.
La compañía tiene previsto estrenar sus primeros asistentes de frenada de emergencia y de cambio involuntario de carril en 2017.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.