En el mundo del automóvil, la estética y la personalización juegan un papel importante para muchos propietarios.
Cambiar el color del coche es habitual, ya sea por razones estéticas, para reparar daños o simplemente por un cambio de gusto.
Sin embargo, surge una pregunta frecuente: ¿puede pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) un coche que tenga el frontal de un color y la trasera de otro?
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La normativa y la ITV
La ITV es un proceso obligatorio en España que garantiza que los vehículos cumplan con los estándares de seguridad y emisiones establecidos.
Durante la inspección, se revisan diversos aspectos del vehículo, incluyendo el estado de la carrocería, los sistemas de iluminación, los frenos, y otros componentes mecánicos y de seguridad.
En cuanto al color del vehículo, la normativa no establece que un coche deba tener un color uniforme para pasar la ITV. Lo que sí es importante es que cualquier cambio de color sea notificado a la Dirección General de Tráfico (DGT) y esté reflejado en el permiso de circulación del vehículo. Esto se debe a que el color del coche es un dato identificativo que aparece en la documentación oficial del vehículo.

Notificación de cambios a la DGT y al seguro
Si se decide cambiar el color del coche, ya sea parcial o totalmente, se debe notificar a la DGT. Este trámite es sencillo y se puede realizar en cualquier Jefatura de Tráfico.
Es importante hacerlo para evitar problemas legales y para que la documentación del vehículo esté actualizada. Además, algunas aseguradoras pueden ajustar sus tarifas en función del color del coche, por lo que también es recomendable informarles del cambio.

Aspectos técnicos y estéticos
Tener el frontal de un color y la trasera de otro no debería ser motivo para que el vehículo no pase la ITV, siempre y cuando el cambio esté debidamente registrado.
Y es que la inspección técnica se centra en aspectos que afectan directamente a la seguridad vial.

Sin embargo, es importante que el trabajo de pintura se realice de manera profesional para evitar problemas como la corrosión o el deterioro prematuro de la carrocería. Un trabajo de pintura de mala calidad puede llevar a que el vehículo no pase la ITV debido a defectos en la carrocería, aunque estos no estén relacionados directamente con el color.
Otra cosa es si se cambian algunas partes de la carrocería por otras de un color diferente al del resto del coche. En teoría y si está notificado a la DGT y reflejado en el permiso de circulación, no debería haber problema alguno.
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