¿Qué modelos de coche montan motores de otras marcas?

Madrid |

Las colaboraciones en la industria de la automoción suelen abarcar todas las áreas, incluida la de los propulsores.

Motores otras marcas

Foto: Getty Images

La práctica de compartir motores entre diferentes marcas de automóviles es más común de lo que se piensa. Esta estrategia de colaboración se ha vuelto cada vez más frecuente en la industria automotriz, especialmente en las últimas décadas. Los fabricantes de automóviles recurren a esta realidad por diversas razones, ya sea reducir costos de desarrollo y producción, acelerar el lanzamiento de nuevos modelos o ampliar su gama de productos sin tener que invertir en el desarrollo de motores completamente nuevos.

La principal motivación detrás de estas colaboraciones es la optimización de recursos. Al compartir motores, las marcas pueden aprovechar las economías de escala, lo que les permite reducir los costos de producción y, en última instancia, ofrecer vehículos a precios más competitivos. Además, el desarrollo de un nuevo motor es un proceso largo y oneroso, por lo que compartir un motor existente puede acelerar significativamente el lanzamiento de un nuevo modelo.

Una de las razones más comunes por las que las marcas colaboran en el desarrollo de motores es la especialización. Algunas marcas son especialistas en la fabricación de motores de alto rendimiento, mientras que otras son expertas en motores eficientes y económicos. Al compartir tecnologías, ambas partes pueden beneficiarse de las fortalezas de la otra. Por ejemplo, una marca de lujo puede utilizar un motor desarrollado por una marca especializada en motores deportivos para ofrecer un modelo de alto rendimiento a sus clientes.

Dentro del mismo grupo

Existen numerosos ejemplos de marcas que comparten motores. Dentro del Grupo VAG, por ejemplo, marcas como Audi, Seat, Skoda y Volkswagen comparten una amplia gama de motores. Esto permite a cada marca ofrecer una variedad de opciones de motorización sin tener que desarrollar motores completamente nuevos para cada modelo. Otro ejemplo es el caso de los motores BMW que se encuentran en algunos modelos de Mini, lo que demuestra cómo las marcas prémium también pueden colaborar para ofrecer una mayor variedad de opciones a sus clientes.

También dentro de la alianza Renault, Nissan y Mitsubishi comparten infinidad de elementos entre las marcas, incluidos, como no, los propulsores. Dacia y Alpine, pertenecientes al grupo Renault, también se benefician de estas sinergias. Pero sí existe un grupo automotriz que es especialista en compartir entre sus diferentes marcas, ese es Stellantis. Fabricantes como Peugeot, Citroën, Opel, Fiat, Alfa Romeo o Jeep comparten gran variedad de soluciones, además de plataformas y motorizaciones.

Motores de otros fabricantes

Este es el punto donde más sorpresas existen. Un usuario normal y corriente, se lanza a comprar un coche nuevo con todo el esfuerzo que ello supone, y al cabo de un tiempo se entera que el motor que monta su automóvil no es de la marca que indica la insignia del capó. Esto le hace pensar que ha sido engañado, pero nada más lejos de la realidad. En las últimas décadas, la gran mayoría de los fabricantes han recurrido a la instalación de motores de la competecia. Estos son algunos de los casos más conocidos.

El McLaren F1 se produjo entre 1992 y 1998.

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Rubén Pérez

Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.

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