El mantenimiento del vehículo es la mejor manera de alargar su vida útil. Llevar el coche a que un profesional revise que se encuentra en perfecto estado es una cita obligatoria para todos los conductores. A veces, incluso, bajo amenaza de perder la garantía.
Aunque internet haya favorecido la proliferación de tutoriales y guías para hacer ciertas reparaciones en casa, algunas de ellas sencillas, lo más indicado es acudir a un mecánico experto. De esta manera, el conductor se asegurará de que el resultado de la reparación es óptimo y seguro para circular.
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Los mecánicos, muchas veces, se tienen que enfrentar a clientes que creen que lo saben todo, que juzgan su trabajo o que incluso han empeorado una avería por tratar de arreglarla en casa.
Los talleres mecánicos tratan de lidiar con este tipo de situaciones con humor. Para ello, algunos disponen de un cartel con los precios de las reparaciones y trabajos, en el que se reflejan los extras por ser un cliente ‘sabiondo’ o, simplemente, por pecar de ‘curiosidad’.
De 10 a 60 euros de extra
Por ejemplo, si el propietario del coche se queda mirando la reparación mientras el mecánico trabaja, se cobra 10 euros más. Si además de mirar, el conductor opina, serán 15 euros, a los que sumarán cinco euros más si se quiere ayudar, aunque tenga buena intención.
Los precios empiezan a subir si el dueño del coche “ha andado toqueteando” las piezas del coche, empeorando obviamente el estado de la avería, y lo hacen aún más si este no comparte la información con el mecánico. En concreto, hasta los 25 y los 40 euros de extra, respectivamente.
Por último “si lo viste en Internet y era facilísimo”, el suplemento serán 60 euros. Y es que, si tan fácil era hacerlo en casa, ¿por qué acudir al mecánico para que arregle el coche?
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