La policía no puede creer cómo este camionero con 1.000 kilos de carga extra sobrevivió: positivo en cocaína, hablaba por teléfono y eso no era lo peor

Un conductor, muchas infracciones. Es la insólita situación con la que la Policía Foral de Navarra se ha encontrado en Tudela.

rueda reventada camión

La cuenta de X de la Policía Foral de Navarra ha relatado una insólita historia. La ha protagonizado un conductor que circulaba por la A-68 (a la altura de la localidad de Tudela) incumpliendo varias normas y poniendo en riesgo su seguridad y la del resto de usuarios de la vía.

Un camión circulaba con un exceso de 1.000 kilos de carga (que además estaba descubierta) y esto tuvo como consecuencia una rueda reventada. Y no es de extrañar, si según los datos impresos en el propio neumático, este data del año 2009.

Pero eso no es todo: además del estado de sus neumáticos, conducía mientras hablaba por teléfono y, para rematar, dio positivo en cocaína.

¿Cómo ‘leer’ los datos del neumático?

Las cifras inscritas en la rueda representan el carné de identidad del neumático. El primer grupo de números define las dimensiones de la goma. Y el neumático debe ajustarse a lo que recomienda el fabricante del coche.

En primer lugar, y en gran tamaño, aparece una composición de letras y números ordenados de esta manera XXX/XX RXX (en el ejemplo, 225/55 R16).

La primera cifra indica la anchura del neumático en milímetros; la segunda es una relación porcentual entre la altura y la anchura, y la tercera es el diámetro de la llanta en pulgadas. La R corresponde a la estructura con la que se ha construido el neumático: radial.

Índice de carga del neumático

A continuación, figura otro número y una letra. En este caso la cifra corresponde a un índice de carga, y se trata de un código que se encuentra en unas tablas universalizadas; la letra es el código de velocidad, la velocidad máxima que admite un neumático, también recogido en tablas. En el ejemplo, 95W.

neumaticos letra G

Continuando en el flanco de la goma, aparecerá el nombre de la marca y el modelo del neumático. Además, si aparece una montaña con un copo de nieve, quiere decir que se trata de un neumático de invierno; las letras M+S señalan que es una rueda para barro y nieve.

Otro código puede señalar si el neumático se ha desarrollado especialmente para una marca o un modelo concreto, algo que estará representado por dos letras o números también codificadas (K1 o K2 para Ferrari, MO para Mercedes, AO para Audi…).

Otra leyenda es la de Tubeless, que hace referencia a que la goma no necesita una cámara de aire, como sí llevaban antiguamente.

Año de fabricación

Finalmente, otra serie de números, de menor tamaño, nos indicarán el lugar en el que se ha fabricado, el centro de producción, la dimensión del neumático y, como cierre, la semana y el año de fabricación.

El último es uno de los datos más importantes, señalado mediante cuatro números: los dos primeros corresponden a la semana y los dos siguientes al año; un 2318 corresponderá a la semana 23 del año 2018.

Y esto es muy significativo cuando se compran neumáticos de segunda mano, ya que pueden aparentar un buen estado, pero ser demasiado viejos para circular.

Fecha de fabricación del neumático.

Fecha de caducidad de los neumáticos

Teniendo como dato la fecha de fabricación, ahora vale preguntarse hasta cuándo es recomendable utilizar las. En realidad, los neumáticos no caducan, pero envejecen.

Si están almacenados conforme a las normas de la Asociación Europea de Fabricantes de Neumáticos y Caucho, lejos de la humedad y las temperaturas extremas, ventilados y bajo una luz artificial débil, las cubiertas mantienen un rendimiento óptimo sin fecha límite de uso, según la Asociación Nacional de Distribuidores e Importadores de Neumáticos (ADINE). Pero las circunstancias cambian en cuanto las gomas se colocan en el coche.

Por lo general, el ciclo de vida de un neumático puede superar los 40.000 kilómetros. En todo caso, por norma general, hay que evitar los neumáticos que tengan más de diez años de uso, aunque apenas se hayan rodado. Con el paso del tiempo, la exposición al sol y a diversas condiciones meteorológicas estropean la goma, al igual que el propio peso del vehículo.

En cualquier caso y como recomienda la DGT, habrá que sustituirlos cuando los surcos de la banda de rodadura lleguen a los tres milímetros de profundidad y antes de alcanzar el límite legal para circular, fijado en 1,6 milímetros.

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