El garaje de un edificio de viviendas puede convertirse en un escenario de conflictos cuando uno o varios conductores no respetan los límites a la hora de estacionar: ni los de su plaza, ni los de las zonas comunes.
El autor de este vídeo, publicado en TikTok, no pudo salir de su garaje porque se encontró con un vehículo que invadía la zona de paso. La lógica invista a pensar que fue un error el que llevó al coche hasta ahí: probablemente el conductor olvidó poner el freno de mano. ¿Qué ocurre cuando se aparca en las zonas comunes?
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El garaje entra dentro de las zonas comunes de un edificio de viviendas. La Ley de Propiedad Horizontal establece que, al aparcar, ningún vehículo puede pisar las líneas divisorias: tampoco superar estos límites.
Al hacerlo, se está invadiendo, parcial o totalmente, una propiedad privada (el hueco de otro propietario) o las zonas comunes. Estacionar fuera de una plaza supone ocupar las áreas que son de todos los vecinos.
Esto impide al resto hacer uso de ellas y va en contra de lo que dice el artículo 394 del Código Civil: “Cada partícipe podrá servirse de las cosas comunes, siempre que disponga de ellas conforme a su destino y de manera que no perjudique el interés de la comunidad, ni impida a los copartícipes utilizarlas según su derecho”.
¿Qué hacer cuando un vehículo aparca en las zonas comunes?
Hay dos formas de solucionarlo. La primera pasa por identificar al dueño del vehículo para hablar con él o con ella: para ello, es posible pedir ayuda al presidente o a los administradores de la comunidad. Una vez localizado, demostrándole el perjuicio causado, hay que pedirle que aparque su coche correctamente.
Si no corrige su mala praxis, se puede recurrir a la Ley de Propiedad Horizontal. Su séptimo artículo apunta que “previa autorización de la Junta, debidamente convocada al efecto, podrá entablar contra él acción de cesación que se sustanciará a través del juicio ordinario”.
En otras palabras, la segunda vía consiste en recurrir a un procedimiento judicial. Una herramienta con la que se puede pedir la intervención de la justicia para que los afectados por el vehículo en cuestión puedan ejercer sus derechos y defender su caso.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.