Los medios estadounidenses se han hecho eco de esta noticia y no es para menos. Makayla Starks, una mujer residente en Wisconsin, fue el pasado enero al concesionario donde compró su Nissan Rogue para cambiarle el aceite. Hasta aquí, todo normal, pero conforme avanzan los hechos la historia se complica.
La operación era gratuita. Sin embargo, cuando Makayla recogió su coche del taller, se encontró una desagradable sorpresa: una pegatina con un claro cariz racista que los operarios intentaron retirar, sin éxito, antes de que Makayla la viera.
Como han explicado los medios locales, en la pegatina estaba escrita una palabra que solo se utiliza con ánimo de insultar, de manera racista, en Estados Unidos. Se trata del término nigga (a la que los medios se refieren como la n-word, para evitar escribirla), que es peyorativo y racista.
Pues bien, esta fue la pegatina que uno de los mecánicos utilizaron para marcar el coche de Makayla Starks y señalar que había que hacerle un cambio de aceite. Como primera reacción, el concesionario, Kunes Auto y RV Group, publicó en Facebook una disculpa pública.
En el texto se explicaba que la responsabilidad del incidente racista recaía sobre el operario y no representaba a toda la compañía. Así, confirmaron haber despedido al trabajador.
Makayla tiene un nuevo Nissan Leaf
No obstante, la historia no ha quedado aquí. A Makayla Starks le han regalado un coche nuevo: un Nissan Leaf, que tiene que ir a recoger estos días a Nueva York. Este regalo llega de parte de la Family Nissan de Nueva York, según ha contado Fox 6.
Este giro de los acontecimientos recogido por la televisión estadounidense está motivado por una curiosa razón. Y es que la Family Nissan ha alegado que, entregándole un Leaf a Makayla, no tendrá que volver a pasar por el taller para hacer ningún cambio de aceite, la operación que desencadenó los hechos.
Eso sí, Makayla tendrá que ir a recoger su Nissan Leaf a Nueva York y luego volver a Wisconsin, un viaje de más de 1.400 kilómetros que tendrá que realizar con una autonomía de 341 kilómetros. Toda una odisea.
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