La expansión de los coches chinos por el resto del mundo sigue imparable. Entre sus fortalezas para copar el mercado se encuentra la gran cantidad de modelos que pueden poner a la venta. En la actualidad existen más de 150 fabricantes chinos de automóviles.
De hecho, algunas marcas ya están teniendo una penetración muy destacada en los diferentes mercados europeos. Así, por ejemplo, MG Motor es el mayor importador de automóviles fabricados en China en el Reino Unido en cifras muy destacadas de ventas. Esta misma compañía, en España, consiguió aparecer en la lista de los 10 coches más vendidos con el MG ZS.
Tomando este modelo como ejemplo, en España el acabado de acceso de gasolina, el ZS Comfort 1.5 VTI-tech de 106 CV, cuesta 17.190 euros. Por su parte, el tope de gama, el ZS Luxury 1.0 T-GDI Automático de 111 CV, sale por 22.990 euros.
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En cambio, en China, el ZS Comfort 1.5 VTI-tech de 106 CV comienza en los 85.000 yuanes (11.106 euros al cambio) y el ZS Luxury 1.0 T-GDI Automático, de 111 CV, llega a los 100.000 yuanes (13.000 euros al cambio actual).
Un problema geopolítico
En términos económicos, China y Europa mantienen una relación comercial significativa, siendo China uno de los principales socios comerciales de la Unión Europea. Sin embargo, esta relación también ha estado marcada por tensiones comerciales, especialmente en áreas como la competencia desleal y la propiedad intelectual.
Asimismo, el problema de la industria automovilística se ha visto recrudecido en los últimos meses. Los fabricantes europeos entienden que sus homólogos chinos están ejerciendo una competencia desleal por el precio de venta de los automóviles asiáticos. La tensión en la industria automovilística ha escalado hasta tal punto que los socios de la Unión Europea están demandando medidas drásticas.
Así, la Comisión Europea está considerando la posibilidad de imponer aranceles a los coches chinos como parte de sus medidas para proteger la industria automotriz local.
El difícil mercado chino
La gran cantidad de fabricantes de automóviles que existen en China hace que su mercado interno esté inmerso en una encarnizada guerra de precios desde hace unos cuantos meses. La gran mayoría de ellos, están incluso vendiendo a pérdidas en el país. Que el Gobierno chino esté detrás de cada una de estas empresas les permite actuar de esta manera, aunque existen otras variantes.
El hecho, en muchos casos, de vender a pérdidas puede formar parte de una estrategia a largo plazo para desafiar al resto de los fabricantes del planeta y así ganar reputación en el mercado global. De esta manera, al ofrecer productos a precios agresivos, las empresas chinas pueden desestabilizar la industria y forzar a sus competidores a reducir sus precios o mejorar la calidad de sus productos para mantenerse competitivos.
Menos de la mitad del precio
La agencia de noticias Reuters acaba de presentar un informe en el que se pone de relieve el precio de los modelos de los coches chinos en Europa y en el país asiático. El estudio hace hincapié en el principal fabricante de vehículos eléctricos de China, BYD, que ha aumentado drásticamente los precios de exportación en comparación con lo que cobra en su país.
Esto se demuestra con los precios que se pagan en algunos concesionarios de fuera de China por sus coches. BYD cobra más del doble, a veces casi el triple, del precio que obtiene por tres modelos clave en China. Por ejemplo, el BYD Atto 3, en su versión media, se vende por 17.949 euros en China. Por su parte, en Alemania, el pequeño SUV tiene un precio de 39.716 euros, un precio comparable al de otros eléctricos de ese mercado.
Perder dinero en China
De esta manera, los fabricantes chinos han encontrado en el resto de mercados —sobre todo en Europa— su tabla de salvación para que sus cuentas anuales se puedan cuadrar. Así, pueden perder mucho dinero en China por cada modelo que venden, que luego lo recuperan en Europa al poner ese vehículo al doble de su precio en el mercado. Además, la economía de escala de los fabricantes chinos, también ayuda a que puedan producir vehículos eléctricos un 30% más baratos que sus competidores extranjeros.
En este caso, BYD ha conseguido reducir los costes de todas las etapas de la producción, desde las materias primas hasta las baterías y la mano de obra. Este último dato es muy importante para entender el menor precio de los coches en China. Según los indicadores internacionales, el sueldo básico en China es de 281,30 euros mensuales. Muchos fabricantes están pagando a unos cuatro euros la hora de trabajo en las fábricas de automóviles del país.
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