Cada 12 segundos del año alguna “primera conductora” tiene un percance conduciendo. El más habitual es la asistencia en carretera (una cada 29 segundos), pero también es común una llamada a la aseguradora por daños propios (48 segundos) y cada cinco minutos se registra un accidente grave. Y en todo el año pasado entero se registró el dato más representativo: en 2020 se superaron por vez primera los ocho millones de mujeres titulares de un seguro. Diez años atrás no llegaban a siete millones.
Los números proceden del estudio Las mujeres y el seguro del automóvil. Datos 2020, elaborado por la iniciativa Estamos Seguros y que pone la mirada en “la realidad de la mujer en la conducción rodada en España”.
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El informe registra cuántas son, qué edades tienen y qué protegen en sus pólizas. No tiene en cuenta si se accidentan más o menos que los hombres ni qué coches poseen: son meros trazos numéricos, pero significativos. Y la expresión “primera conductora” del arranque de este texto es el eje del estudio: no se trata de automovilistas noveles, sino de aquellas que aparecen como titulares de la póliza y por tanto –se deduce– son las conductoras principales del vehículo.
Con datos del fichero de datos de vehículos asegurados, el informe revela que 2020 fue el primer año en la historia en el que hubo en España más de ocho millones de mujeres titulares de un vehículo. “Los cálculos, en este sentido, apuntan a 8.284.334 conductoras habituales en 2020”, dice el estudio. De esta cifra, una cuarta parte tiene menos de 40 años, aunque el rango de edad más numeroso es el de 41 a 45 años. Son pocas las de más de 65 años (por el acceso limitado a la conducción hace unas décadas) y aún menos las de entre 18 y 25 años.
Los autores del informe concluyen que hasta que la mujer “no entra en el mercado laboral, no tiene un vehículo (y por extensión un seguro) a su nombre”. Y también justifican las exiguas cifras entre las jóvenes por el creciente número de alternativas de movilidad urbana.
Para ofrecer una perspectiva más certera, el texto calcula la “tasa de conducción”, esto es, “el porcentaje de conductoras con un vehículo a su nombre respecto del total de la población femenina en cada tramo de edad”. La media alcanzó en 2020 el 41%, con un descenso acusado respecto a 2010, sin embargo, entre las automovilistas más jóvenes.
La mujer y los percances de tráfico
La forma de asegurar el vehículo depende del vehículo y de la percepción del riesgo, entre otras cosas. Los datos reflejan que entre hombres y mujeres hay diferencias de aseguramiento que en algunos casos son significativas. Las mujeres, con cifras 2020, tienden a asegurar con más frecuencia las coberturas voluntarias, con diferenciales que son muy apreciables en casos como el robo. El hecho de que los niveles de aseguramiento sean muy parecidos en los dos sexos para la retirada de carné “sugiere que muchas mujeres están empleadas en labores de reparto y otros trabajos en los que el vehículo desempeña un papel fundamental”.
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