La compra de un automóvil es una de las decisiones financieras más importantes a las que tiene que enfrentarse un consumidor medio. De entre todas las formas de adquisición, la compra de un coche a plazos es una de las más utilizadas por los consumidores. Por ejemplo, en España, algo más del 60% de los clientes optan por los distintos métodos de financiación para estrenar vehículo.
Si un cliente deja de pagar alguna de las letras del coche, los diferentes organismos que conceden préstamos (concesionario, bancos o entidades financieras) cuentan con una serie de acciones para recuperar el vehículo (el cual les pertenece de forma legal), entre ellas, agregar a la persona en los listados de morosos.
Ahora Ford ha ido un paso más allá para luchar contra aquellos usuarios que impagan las letras mensuales del coche. ¿Llega el fin de los deudores?
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Patente contra morosos
Aunque la patente se presentó en el año 2021, se ha conocido que ha sido concedida esta semana. En ella, el gigante estadounidense de la automoción expone cómo se activaría el sistema si el propietario del vehículo no respondiera a los mensajes que le informan de que se está retrasando en los pagos de las letras del coche.
En primer lugar, la marca se encargaría de hacer la vida imposible al propietario. Para ello, en el vehículo se desactivarían funciones tales como la navegación, el equipo de música o el aire acondicionado. Ford denomina esta primera fase como “cierto nivel de incomodidad”.
Crecen las molestias para el conductor
Si tras la primera fase el conductor continúa sin ponerse al día con sus pagos, la marca se encargará de subir el castigo. En una segunda fase, el automóvil emitirá una serie de “sonidos constantes y desagradables” como pitidos agudos cada vez que el moroso acceda al coche.
En el siguiente estadio, la patente ideada por Ford, revela que se limitaría el acceso al vehículo en días concretos o tramos horarios. De esta manera, el dueño no podría utilizar el vehículo en momentos de ocio o de fin de semana, aunque sí que podría seguir conduciendo en horario laboral, para no perjudicar su capacidad de seguir trabajando y que de esa manera pueda ponerse al día de los pagos atrasados.
Así mismo, la patente deja entrever que la marca estadounidense podría también “delimitar geográficamente” el área de utilización del vehículo a distancia. Una vez superada el área por la que se permite conducir, el vehículo se pararía en seco.
Conducir de vuelta al concesionario
La última fase, descrita en la patente que se acaba de conocer, es la más implacable. El sistema es capaz de ordenar al coche que vuelva por si solo a una empresa de grúas, al depósito de embargos, e incluso al concesionario de donde salió.
Si por su alto kilometraje y mal estado general del vehículo no tuviera un valor mínimo para la marca, el sistema podría hacer que el vehículo condujera hasta un desguace o planta de reciclado para el desmantelamiento total del mismo.
Esta última fase del sistema necesitaría que los vehículos que quisiera recuperar Ford fueran completamente autónomos y según se ha sabido recientemente, la marca del óvalo ha renunciado al objetivo de desarrollar una tecnología de conducción autónoma completa que tendría un coste para sus arcas de 2.700 millones de dólares (2.481 millones de euros).
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