Por qué es un peligro viajar en coche con la vejiga llena

Si no se orina antes de ponerse al volante, un accidente leve puede convertirse en uno muy grave.

Orinar
Con un pequeño gesto antes de subirse al vehículo se pueden evitar problemas clínicos graves. | Getty Images

Conducir no deja de ser una actividad de alto riesgo. La persona que se pone al volante tiene que ser responsable de su vida, y lo que es más importante, de la vida de los demás. Tanto de los que van en su mismo vehículo, como del resto de los usuarios de la vía.

Los accidentes de tráfico son la némesis de los conductores. Más allá de los fallecimientos en la carretera (que continúan siendo elevados) los accidentes también dejan víctimas en forma de heridos. Solo en España durante 2022 más de 4.000 personas resultaron heridas graves. 

Los peor parados son aquellos que quedan con secuelas crónicas, impidiéndoles hacer su vida con normalidad, por lo que se debe de evitar de todas las maneras posibles que un accidente leve, por una imprudencia, se convierta en uno grave. Entre ellas, hay una que se puede evitar con un pequeño gesto antes de ponerse al volante.

Un problema de vejiga

La acción que hay que realizar antes de ponerse a conducir es vaciar la vejiga. Cualquier persona que conduzca con ella llena puede tener un grave problema médico si sufre un accidente.

Médicamente, la vejiga urinaria es un órgano en forma de globo ubicado en la parte inferior del abdomen, cerca de la pelvis. En la vejiga se acumula la orina procedente de los riñones hasta que se elimina del cuerpo. Esta se hincha al llenarse, pero es pequeña cuando está vacía.

Los nervios de la vejiga son los encargados de mandar la orden al cerebro para orinar. A su vez, el cerebro ordena a los músculos de la vejiga que se contraigan, mientras que hace que los esfínteres se relajen. Para finalizar, la orina sale de la vejiga por la uretra y se produce la micción.

La vejiga siempre vacía

Antes de ponerse al volante (o tras el manillar de una moto), hay que pasar por el excusado para orinar. Con la vejiga llena jamás se debe iniciar la circulación. El problema es que con un impacto suficientemente fuerte, la vejiga se puede reventar y no hay trasplante de este órgano.

Según los expertos, cuando esta se encuentra repleta de orina es mucho más sencillo que estalle ante cualquier golpe. Aunque la rotura espontánea de la vejiga es una condición poco común, su ratio se eleva sustancialmente en los accidentes de tráfico. Y cuando esto ocurre se convierte en una emergencia que requiere un diagnóstico y tratamiento inmediato.

Por lo tanto, es fundamental montarse en un coche o una moto con la vejiga lo más vacía posible. Tanto el conductor como los ocupantes no se deben de aguantar las ganas de orinar. Así, cuando las ganas aparezcan, se debe de parar lo antes posible y evacuar la orina para evitar males mayores en caso de accidente.

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