Las ventas de turismos electrificados, híbridos y de gas durante septiembre supusieron una de cada dos compras realizadas en España, con un 49,32% de cuota de mercado, según datos de la patronal de fabricantes ANFAC.
Aunque el parque automovilístico español va cambiando muy lentamente, la presencia de estos modelos, con las etiquetas ECO y Cero de la Dirección General de Tráfico (DGT) en el parabrisas, será cada vez más común. De momento, con cifras de 2021, el 2,7% de los vehículos ligeros que circulan por España tienen el distintivo ECO. El 0,6% llevan la pegatina Cero.
Pero ¿qué tipos de coches híbridos existen? ¿Cuál es la diferencia entre un híbrido normal y un híbrido enchufable? La respuesta es sencilla, pero variada, porque no todos los híbridos (a secas) son iguales, y ni siquiera siempre eléctricos, sino también de gas.
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A grandes rasgos, este es el panorama de los vehículos híbridos en la automoción actual.
Coches MHEV o microhíbridos
Los modelos microhíbridos obtienen la etiqueta ECO de la DGT, pero son casi iguales que los clásicos de combustión. Pueden ser de gasolina o diésel, y la diferencia es que el motor principal cuenta con el apoyo de un sistema eléctrico –por lo general de 48 voltios– en momentos concretos, como en las arrancadas tras las detenciones urbanas.
Con este sistema de hibridación ligera, pueden reducir el consumo y las emisiones hasta un 10% en comparación con modelos equivalentes de gasóleo o gasolina.
¿Cómo funciona un coche híbrido (HEV)?
Hasta hace poco, los coches híbridos se llamaban, sin más, coches híbridos. Ahora, para distinguirlos del resto, se indica en ocasiones la sigla HEV; es lo mismo, pero en inglés: hybrid electric vehicle, es decir, vehículo eléctrico híbrido.
También se denominan a veces híbridos autorrecargables o híbridos convencionales, esto es, los de siempre, los primeros que llegaron al mercado. Y que no son enchufables ni microhíbridos.
De cualquier modo, su sistema de hibridación es más complejo que en los microhíbridos, y el motor eléctrico, más potente. Así, tiene capacidad para mover por sí mismo el coche en trayectos muy cortos, de uno o dos kilómetros, y la batería se recarga por sí sola en las frenadas. El sistema elige automáticamente cuándo entra en funcionamiento el propulsor eléctrico.
Esto sirve para reducir el consumo hasta un 40% respecto a los modelos de gasolina en uso urbano. Como desventaja, los coches híbridos pesan más, lo que eleva el consumo en los viajes largos.
Qué es un PHEV: coche híbrido enchufable
Tras las siglas PHEV (‘plug-in hybrid electric vehicle’) aparecen los coches híbridos enchufables. Lucen la etiqueta Cero de la DGT si superan los 40 kilómetros de autonomía eléctrica, y son eléctricos y térmicos a la vez. Llevan un motor eléctrico y una batería que otorga alcance suficiente para los viajes diarios urbanos. La autonomía roza los 100 kilómetros en algunos modelos de las marcas de primer nivel.
Los PHEV, cuya batería se carga en casa o en postes públicos, como la de los coches eléctricos, tienen la ventaja frente a estos de que pueden afrontar viajes largos gracias al motor de combustión. Sin embargo, en estos desplazamientos, el consumo de gasolina se eleva bastante cuando la pila se descarga, ya que la batería y el motor eléctrico elevan mucho el peso total.
¿Qué es un coche de gas?
También son híbridos, por último, los coches de gas. Funcionan igual que los tradicionales de combustión, porque lo único que cambia es que incluyen dos depósitos (el segundo para el gas) y dos sistemas de inyección en el motor. Los hay de gas licuado de petróleo (GLP) y de gas natural comprimido (GNC).
En los modelos de GLP el conductor decide con qué circular accionando un botón. En los de GNC, en cambio, el coche da prioridad al gas natural hasta que este se agota. Solo entonces, de forma automática, recurre a la gasolina.
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