La calefacción del coche es la mayor aliada de los conductores durante el invierno, pero abusar de este sistema también puede ser un factor para disparar el consumo de gasolina o diésel.
Saber utilizar la calefacción del coche evita forzar este sistema y optimiza su funcionamiento. De esta manera, se puede calentar y mantener a una temperatura agradable el habitáculo sin que haya consecuencias negativas para la mecánica del vehículo.
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El primer consejo que dan los expertos, como el RACE, a la hora de regular la calefacción es fijar la temperatura entre los 19 y los 22 grados, tanto en invierno como en verano. Durante estos meses, es mejor optar por el rango más alto de este abanico cuando sea necesario.
Dejando estos grados, la temperatura interior será agradable (cabe recordar que el calor puede provocar somnolencia y fatiga) y el sistema de climatización no tendrá que hacer un esfuerzo para trabajar, reduciendo el consumo de combustible.
No forzar la calefacción del coche
Para optimizar el uso del sistema de climatización del coche también se pueden aplicar ciertos trucos o pequeños gestos. Uno de ellos es aprovechar, cuando se pueda, los días soleados. Por ejemplo, dejando el coche aparcado al sol. De esta manera, al ir a recogerlo, la temperatura del habitáculo no será tan fría y el sistema no tendrá que hacer un sobreesfuerzo.
Otro gran truco o, mejor dicho, paso indispensable para optimizar el uso de la calefacción es dejar que el vehículo coja temperatura. Los coches necesitan unos minutos para atemperarse y si, en vez de subir a tope la calefacción, se les deja ese tiempo, el sistema funcionará mucho mejor.
Si se quiere sacar todo el partido posible al calor al conectar el climatizador, lo mejor será dirigir el aire a los pies. El aire caliente siempre sube, por lo que se optimizará mucho más el calor generado por la calefacción, sobre todo al inicio de la marcha.
Por último, al igual que en verano es conveniente activarla, cuando hace frío hay que desactivar la recirculación del aire. Así, el aire del exterior pasará por el radiador, cogiendo temperatura y calentándose antes. Obviamente, para que la climatización no sufra, habrá que tener las rejillas exteriores libres de hojas o suciedad.
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