¿Los fabricantes pueden decir a sus clientes qué pueden hacer con un coche después de haberlo comprado o después de haber pagado cientos de miles de euros por una unidad? Los más exclusivos consideran que sí y, por ello, hay modelos que es casi imposible revender.
Para comprar un Rolls-Royce Spectre, el primer coche eléctrico de la marca, hay que tener, primero, el dinero que cuesta: unos 390.000 euros. Si se cuenta con ello, hay que postularse y tener la suerte de ser elegido. Este enrevesado proceso no termina aquí: la marca británica también quiere controlar el mercado de segunda mano.
Tanto es así que Torsten Müller-Ötvös, director general de Rolls-Royce, advirtió en 2023 que cualquier propietario que hiciera negocio con el Spectre sería censurado: “Si venden el coche, irán inmediatamente a una lista negra y ahí se acabará todo: nunca más tendrán la oportunidad de adquirir uno”.
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Menos de 200 kilómetros
A pesar de esta severa advertencia, los Rolls-Royce Spectre ya han aparecido en el mercado de segunda mano. En Bring a Trailer se subasta una unidad, cuya última puja asciende a 400.000 dólares (372.000 euros, según el cambio actual).
Se desconoce la razón por la que el propietario ha decidido desprenderse de él, ya que es un concesionario de Miami Shores (Florida, Estados Unidos) el que está gestionando la operación. Sólo tiene 159 kilómetros en su odómetro.
La unidad que se subasta
El Rolls-Royce Spectre está equipado con el paquete de lanzamiento, mientras que su carrocería luce el acabado Tempest Grey con una sutil línea de color naranja que recorre ambos lados. Sus neumáticos Pirelli P Zero van montados en llantas de siete radios de 23 pulgadas.
La mayor parte del revestimiento interior es una mezcla de cuero gris (Scivaro Grey) y azul (Charles Blue) con las costuras y ribetes, también, en naranja. También hay una serie de detalles en madera en los paneles de las puertas y el característico techo estrellado de la marca británica.
El corazón eléctrico del Spectre
Como ocurre con todos los demás Rolls-Royce Spectre, la potencia es cortesía de un par de motores eléctricos síncronos de imanes permanentes (SSM). El que está situado en el eje delantero tiene 258 CV y 365 Nm, mientras que el trasero entrega 449 CV y 710 Nm. La potencia conjunta es de 584 CV y 900 Nm.
Son alimentados por una batería de ion-litio, cuya capacidad de 102 kWh promete una autonomía oficial, según el ciclo WLTP, de 530 kilómetros. Admite cargas rápidas en corriente continua con potencias de hasta 195 kW: a este nivel, la pila pasa del 10% al 80% en 34 minutos y, también, gana 100 kilómetros en menos de 10 minutos.
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