Seis tecnologías que harán que tu coche sea mucho mejor

Luces casi mágicas, capaces de proyectar imágenes en el asfalto para ayudar al conductor; retrovisores digitalizados, que cambian los espejos tradicionales por ojos informáticos, y pantallas interiores, dotadas de Inteligencia Artificial (IA), a las que se puede hablar con normalidad para obtener información, casi como si fueran el operador de un centro de atención telefónica. Son tres de los últimos avances de la industria del automóvil, y todos aprovechan las posibilidades que otorga la electrónica para mejorar la seguridad y el confort de los vehículos. Se acaban de estrenar y por el momento se ofrecen solo en algunos modelos concretos, pero la tendencia es que se vayan implantando en vehículos de todo tipo.

La electrificación es otra de las grandes áreas del automóvil moderno, pero se enfrenta a desafíos pendientes como la autonomía (más limitada que en un modelo térmico) y la infraestructura de recarga, que no se está desplegando al ritmo deseado. Sin embargo, hay proyectos prometedores, como el que lidera la Unión Europea (UE) para crear corredores eléctricos con postes de carga ultrarrápida, que permitan viajar por las principales autopistas del territorio comunitario en modelos a pilas.

La evolución de los materiales tiene asimismo su cuota de protagonismo con los nuevos discos de freno de tungsteno, que reducen la emisión de partículas. Y destacan también los test de los coches autónomos, porque algunos fabricantes han pasado ya del laboratorio a la ciudad para afinar la tecnología en tráfico real.

Faros que proyectan gráficos

Innovación mundial. Mercedes acaba de lanzar la última evolución de sus faros matriciales inteligentes, que se denominan Digital Light o luz digital y están disponibles en la variante Maybach de la limusina Clase S. Una de sus aportaciones más llamativas está en la capacidad de proyectar imágenes en el suelo para ayudar al conductor: pueden crear una flecha que indique la dirección a seguir, mostrar un símbolo de hielo si la carretera está resbaladiza o marcar dos líneas que se corresponden con la anchura del coche y ayudan a comprobar si el vehículo cabe por un paso determinado.

Las ópticas, que están compuestas por múltiples faros agrupados dentro de un módulo común, tienen un millón de píxeles cada una (las proyecciones alcanzan calidad HD) y recogen todas las funciones ya conocidas en sistemas anteriores: giran en las curvas, ensanchan el haz de luz en carretera, lo alargan en autopista, iluminan las esquinas en los cruces y apagan parte del foco para no deslumbrar a los conductores que vienen de frente.

Cámaras en vez de retrovisores

Otra primicia. Si nadie se adelanta, Audi será el primer fabricante en comercializar un automóvil con cámaras en vez de espejos retrovisores. La solución llegará a la calle con el modelo eléctrico e-Tron, previsto para fin de año. Varias marcas han presentado la misma idea en prototipos, pero ninguna ha dado el paso para trasladarla a la producción en serie. Audi ofrecerá el sistema como opción.

El espejo tradicional se sustituye por una pequeña estructura que aloja una cámara, y esta proyecta las imágenes que capta en una pantalla interior, situada casi en el mismo lugar que el retrovisor convencional. El conductor puede ajustar la posición del ojo digital, y seleccionar también tres visualizaciones diferentes, pensadas circular por autopista, realizar maniobras de aparcamiento y rodar por carreteras viradas.

El equipamiento reduce la anchura del vehículo en 15 centímetros y mejora asimismo otros aspectos como la aerodinámica y la sonoridad, porque se eliminan las turbulencias que suelen generarse alrededor de los espejos en los viajes.

Discos de freno antiemisiones

Los frenos y los neumáticos son los responsables del 32% de emisiones de partículas que produce un automóvil al circular. Y cada uno de estos elementos supone la mitad de ese porcentaje. El resto proviene del motor. Cuando se frena, el desgaste de los discos (y las pastillas) arroja polvo a la atmósfera.

Bosch ha concebido unos nuevos discos de freno, conocidos como iDisc, que reducen la emisión de partículas hasta un 90% frente a los convencionales. Se trata de discos metálicos normales, pero con un recubrimiento especial de carburo de tungsteno que es el que aporta estas propiedades ecológicas mejoradas. Según la compañía inventora, estos discos cuestan hoy en día tres veces más que los tradicionales, pero se espera que vayan bajando de precio a medida que se monten en más modelos (de momento solo los ofrece el Porsche Cayenne). Y compensan su sobreprecio durando casi el doble que los metálicos y aportando también mayor resistencia a la fatiga ante frenadas fuertes continuadas, casi como si fueran cerámicos.

Carga ultrarrápida para eléctricos

Unos postes que funcionan a 350 kW y permiten recuperar las baterías de los modelos eléctricos en tiempo récord, entre tres y siete veces más rápido que ahora. Y es que con esta potencia de carga, bastarán 10 minutos, lo que se tarda en tomar un café, para recargar las pilas al 80% de su capacidad. En la actualidad, las tomas de carga más capaces son las de Nissan (50 kW) y Tesla (120 kW).

El objetivo es montar estos postes en autopistas y crear corredores europeos. Para ayudar al despliegue, Audi, BMW, Ford, Mercedes, Mini, Porsche, Smart y Volkswagen han creado una joint venture, denominada Ionity, que espera tener listas unas 400 estaciones repartidas por la UE en 2020. Y cada una, a 120 kilómetros de la siguiente como máximo. Ya hay algunos puntos operativos, aunque de momento funcionan a 150 kW. Pero en 2019 se espera que estos mismos postes lleguen a los 350 kW, lo que facilitará afrontar viajes largos.

Funcionan con el estándar CCS, que vale para la mayoría de coches eléctricos de Europa, EE UU y Corea (salvo Renault y los japoneses Nissan y Mitsubishi).

Pantallas, más grandes y con IA

Cada vez más grandes e inteligentes. Las pantallas digitales son uno de los equipamientos más reconocibles del automóvil moderno, pueden tener formato vertical u horizontal y funcionan como un centro de control: reúnen navegador, música, teléfono, ajustes del vehículo, apps y hasta Internet. Las últimas tendencias amplían sus dimensiones para facilitar el manejo y la visualización, y completan ahora el control oral tradicional, y algo básico, con Inteligencia Artificial (IA), que permite una comunicación más fluida con el equipo y refuerza su utilidad.

En los dispositivos con IA, se puede hablar al coche y es como si se dispusiera de un asistente virtual para todo. Antes se podían localizar restaurantes en un buscador o contactos en la agenda del teléfono; ahora, el sistema es capaz de responder también a frases complejas: por ejemplo, “llama a mi madre” o “me apetece comida japonesa”. Y a medida que se utiliza, va aprendiendo los gustos y preferencias del usuario, y mejorando la precisión e idoneidad de los resultados ofrecidos.

La ciudad de los coches autónomos

En California, EE UU, se va a ensayar uno de los aspectos más complicados de la movilidad del futuro: la circulación autopilotada por ciudad. Y es que los entornos urbanos son los más complejos, porque reúnen cruces, semáforos, peatones, autobuses, modelos en doble fila… Todos estos ingredientes complican la puesta a punto de los sistemas de visión del coche (cámaras, radares) y del software que procesa la información y dirige el vehículo. Se estima que los modelos deberán tener un potencial de computación de billones de operaciones por segundo.

En una localidad del sur del Estado, de momento sin concretar, Daimler (matriz de Mercedes) y Bosch van a fijar su centro de pruebas. En la segunda mitad de 2019, pondrán en marcha un servicio de modelos autónomos, abierto al público, que transitará por rutas predeterminadas y servirá para fiabilizar la tecnología y afinar sus resultados. La compañía tecnológica Nvidia proveerá la plataforma que soportará los algoritmos de IA (Inteligencia Artificial) y movilidad concebidos por Daimler y Bosch.