BMW ha lanzado continuas revisiones y mejoras del M2 desde que este vio la luz, pero ahora completa la gama con su versión más extrema, un BMW M2 CS Racing que ha sido diseñado exclusivamente para competir en circuito. Se trata de una vuelta de tuerca más al concepto que, dada su orientación, elimina todo aquello relacionado con la comodidad en pos de hacerlo más eficaz en circuito.
Se trata de un modelo carreras-cliente, el más “pequeño” que ofrece BMW, pensado para competiciones de turismos y de resistencia, como por ejemplo el VLN Endurance Championship en Nürburgring y el TC America.
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BMW ha querido que pueda participar en distintas categorías, algo que ha conseguido haciendo que su motor, el bloque 3.0 M TwinPower Turbo, pueda entregar desde 280 a 365 CV, una variación de potencia que se debe al ‘Balance of Performance’, utilizado en algunos campeonatos para asegurar que los coches que participan, aunque tengan atributos diferentes, sean capaces de ser competitivos.
Lo que permanece inalterado es su par máximo de 450 Nm, que es gestionado por una caja de cambios automática de doble embrague y siete velocidades para llegar a las ruedas traseras, contando además con un diferencial autoblocante mecánico.
No paran ahí las mejoras pensadas para su uso en circuito: el BMW M2 CS Racing calza llantas de aluminio de 18 pulgadas envueltas en neumáticos lisos Michelin, y monta frenos de alto rendimiento con discos de 380 milímetros y pinzas Alcon de seis pistones en el eje delantero y de cuatro en el trasero. Además, el modelo tiene un arco de seguridad, cuenta con un kit de carrocería específico y el asiento de competición emplea un arnés de seis puntos. Por otra parte, tanto los amortiguadores como las barras estabilizadoras son regulables y el depósito tiene 84 litros (120 el opcional).
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