Algunos automovilistas que tenían previsto comprar de un coche retrasarán la decisión por temor a la recesión económica; otros, al contrario, la adelantarán para protegerse de la Covid-19. Según las intenciones de compra detectadas por la consultora Ipsos, la crisis del coronavirus y los miedos consiguientes manejarán el mercado a corto plazo, y las marcas y los concesionarios deben adaptarse a un escenario que en España parece especialmente complicado.
Lo sentencia tal cual un informe de la empresa francesa: “Los españoles se encuentran entre los menos dispuestos a comprar un automóvil tras la crisis del Covid-19, junto con los italianos y los brasileños”. La solución, por lo que dice el Observatorio Cetelem Estacional, no será la venta por Internet: nueve de cada diez consumidores “no han realizado ni piensan realizar compras online” de coches.
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Las matriculaciones en abril cayeron un 96,5% respecto al mismo mes del año anterior, y el descenso en mayo ha sido del 72,7%. Además de la constatación de los datos, el Estudio Global del Impacto de COVID-19 en el Automóvil confirma lo que se sospecha desde hace semanas: tres de cada cinco encuestados han cambiado sus planes sobre la compra de un vehículo. Más en unos países que en otros, más los jóvenes que los mayores, más los solteros que los padres y, como una de las conclusiones principales, menos que nadie los conductores chinos. “Esto se debe –dice el análisis de Ipsos– “a que tras haber sido el país de origen de coronavirus las medidas de seguridad y distancia personal [han] calado más entre sus habitantes y adquirir un coche les permitirá prescindir del transporte público”.
El temor al contagio en el autobús, el tren o el metro se ha convertido en una motivación de compra desconocida hasta ahora, y así ocurre con especial intensidad en China y en general en todos los países –11– donde se ha realizado la encuesta a 11.000 adultos de entre 18 y 74 años de edad.
La incertidumbre económica se sitúa en el otro polo, pero eso no significa que las transacciones tiendan a cero, sino que los consumidores están esperando que “mejoren las condiciones de compra” con propuestas como una financiación sin intereses, “protección ante la posible pérdida de empleo” o “descuentos importantes en los precios”.
Respecto a la venta online, “si los consumidores no pueden ir al concesionario, el concesionario debe ir a ellos”, concluye Ipsos, pero los conductores no lo tienen tan claro: según el Observatorio Cetelem del Motor 2019, solo el 3% de los automovilistas compró un coche por Internet, frente a un 78% de compras en concesionarios y un 16% de transacciones de modelos de segunda mano. El dato no obstante, supera al 2% registrado en 2018.
La plataforma online Liddeo, que conecta usuarios y puntos de venta, señala en un informe que tras la crisis del coronavirus el factor que más influirá en la decisión de compra será “poder probar el coche antes de comprarlo”. Así lo indica el 23% de los encuestados, y a este aspecto lo sigue muy de cerca la duración del garantía, elegida como fundamental por uno de cada cinco conductores.
El informe de Liddeo, recogido por la patronal de los concesionarios españoles, Faconauto, también desvela otros aspectos que determinarán la elección final del coche. Son entre otros la atención del vendedor (14%) o la tasación del coche a domicilio (12%). Los conductores también valoran como factores positivos un plazo de devolución de 15 días tras la compra (9%), la cercanía del concesionario (9%), la información comercial a distancia (8%) o la entrega del vehículo a domicilio (5%).
El estudio considera fundamental un cambio: la disposición a realizar una prueba del vehículo aun cuando no se está dispuesto a acudir al concesionario. Por ello, la plataforma recomienda a los concesionarios “la posibilidad de protocolizar un programa de pruebas dinámicas de coches a domicilio o desde puntos de encuentro”.
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