La activación de mercados en clara recesión como consecuencia de la crisis sanitaria y económica del Covid-19 no será sencilla, es una evidencia tan clara como consensuada. El sector del automóvil puede ser uno de los más afectados por una situación crítica, al tratarse de un producto de elevado precio y sobre el que los usuarios pueden realizar aplazamientos para su adquisición o sustitución.
El mercado chino, que con todas sus particularidades puede resultar referente en esta pandemia como origen de la misma y por la anticipación con la que afronta los desafíos que surgen, ha iniciado una cierta recuperación en las matriculaciones de automóviles nuevos. En marzo la tendencia negativa se redujo y ya en abril se experimentó un incremento en las ventas del 43,5% respecto al mes anterior.
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Parte de la estrategia de reflote de las marcas con presencia en China, tal y como adelantó Faconauto en su momento, se basa en una política agresiva de precios. Ofertas y promociones para incentivar las ventas entre unos usuarios que sí han expresado su predilección por el transporte individual como más seguro que los medios colectivos frente al contagio del virus.
Un menor riesgo de infección que debería jugar también a favor de la recuperación del sector en España, aunque lamentablemente sin el peso específico suficiente para contrarrestar otros factores que influyen de forma negativa en la intención de compra de los usuarios, principalmente la inseguridad laboral y la consiguiente falta de liquidez o de crédito.
En este contexto cabría esperar un esfuerzo añadido de las marcas automovilísticas por atraer el interés de los compradores. ¿Habrá chollos como consecuencia de la crisis del Covid-19? Seguramente es todavía pronto para saberlo con absoluta certeza, pero en el sector ya aseguran que los márgenes para alardes son más que escasos, aunque la política comercial puede variar dependiendo de cada fabricante, su situación y necesidades.
En este sentido se han pronunciado ya varios directivos de empresas nacionales del sector. Es el caso de Leopoldo Satrústegui, director general de Hyunda España, que apuesta por otro tipo de incentivos, tanto a nivel general como particular: “Lo importante es que existan ayudas públicas para la compra de cualquier tipo de vehículo, no exclusivamente los electrificados. Y por nuestra parte, creemos más en la efectividad de transmitir confianza y seguridad al comprador que en la devaluación de los precios, vamos a ayudar a nuestros clientes para que se sientan capaces de afrontar con las mayores garantías la compra de un nuevo coche”.
El planteamiento de Satrústegui se basa en una realidad evidente: “Nuestro sector depende de la supervivencia de los concesionarios, tenemos que intentar mantenerlos a toda costa y no podremos hacerlo si pretendemos vender coches sin beneficios o a pérdida. Los márgenes son ya muy reducidos y si no existe rentabilidad, el negocio resultará insostenible. Quizá veamos unas marcas más agresivas que otras en determinados momentos, pero que nadie espere descuentos espectaculares”.
Una visión que comparte su homónimo de la otra gran marca coreana con implantación en España, Kia Motors Iberia. Su director general, Eduardo Divar, destaca la enorme competitividad del sector: “La guerra de precios es siempre terrible y el cliente ya está acostumbrado a negociar con ellos, es algo que no ocurre con otros productos y que limita significativamente la capacidad de maniobra de un concesionario. No hay mucho margen para bajar los precios, eso supondría pérdidas en un contexto en el que los distribuidores no estarán en disposición de asumirlas. Ya este año, por todas las circunstancias que afrontábamos, estábamos aplicando una agresividad comercial importante y es imposible bajar más. Escucho y leo a personas especulando con aparición de chollos y les puedo asegurar que se equivocan”.
Juan Lopéz Frade, presidente de Suzuki Ibérica, intervino al igual que Divar en un encuentro organizado por Boosters Group para analizar el futuro del sector en España. Y bajo su punto de vista, antes de pensar en precios existen otras prioridades: “Imagino que cada marca utilizará los recursos de los que disponga para hacer más atractiva su oferta, siempre dentro de unas posibilidades limitadas. Pero bajo mi punto de vista lo más apremiante es conseguir clientes, tráfico en los concesionarios, personas interesadas en comprar un coche. Cuando tengamos compradores veremos cómo se gestionan las operaciones, pero ahora mismo la situación es tan delicada que lo primero es arrancar con la actividad”.
Una visión más general, al menos en lo geográfico, ofreció en el mismo foro Enrique Lorenzana, director de ventas para Europa de Genesis, la marca de lujo del Hyundai que prepara su asalto a este mercado: “No veo previsible que se produzcan grandes reducciones en el precio de los vehículos, básicamente porque los márgenes yo ya pequeños y no existe esa capacidad de maniobra. Lo que sí creo que puede ocurrir es que surjan oportunidades interesantes en otro tipo de productos que se ponga a disposición del cliente para facilitar la compra, como por ejemplo la financiación”.
Se presenta, por tanto, como poco probable que las marcas recurran a políticas de precios agresivos para reactivar las ventas, al menos en los modelos convencionales. Los expertos consideran que sí se podrán encontrar propuestas atractivas entre los coches denominados ‘kilómetro cero’ y los usados de ocasión, en los que los márgenes de negociación pueden ser algo superiores. En todo caso, nada muy diferente a lo que venía ocurriendo con anterioridad a la pandemia del Covid-19.
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