No debería hacer falta decir nada más que lo que hay en el titular para darnos cuenta de la ridiculez de la que estamos hablando, pero como un reglón solo quedaría algo soso, vamos a explicar la situación.
Desde tiempos inmemorables ha existido la división entre ricos y pobres, pero dentro del primer grupo también existe la criba entre los ricos ‘sin más’ y los muy ricos. Y si queremos, hasta podemos poner por encima la categoría de los ricos de verdad, pero no queremos complicarnos.
Unos y otros tienen sus caprichos, obviamente diferentes en cuanto a cuantía y valor, y los coches no son una excepción. Claro objeto de reflejo del estatus social, el que tiene dinero quiere un coche más rápido, más grande, más potente o más caro que el del vecino. El y ‘y yo más’ del patio del colegio de toda la vida, vamos.
Teniendo en cuenta que hoy en día es habitual ver por la calle modelos que ante se consideraban exclusivos (Mercedes, BMW o Audi hace años eran un lujo, ahora bastante gente se puede permitir uno), el público de estos se ha desplazado a marcas más premium. Y dentro de estas, las versiones especiales y las opciones de personalización son muchas y en ocasiones hasta ridículas. El caso del Bentley Bentayga es un ejemplo.
Vaya por delante que no tenemos nada en contra de Bentley, que cosas similares las ofrecen también otros fabricantes. La marca tiene un peculiar extra para su primer todocamino: un reloj Breitling que cuesta 150.000 euros. Ahí es nada.
El artefacto, denominado Mulliner Tourbillon, por lo visto es una maravilla de la relojería, es totalmente mecánico y cuenta con un motor interno para no pararse nunca. Vale. Sin poner en duda la calidad del mismo, es una cantidad ridícula. Más aún teniendo en cuenta que el propio coche cuesta 230.000 euros, apenas 80.000 más que el reloj. Lo dicho, de locos.
Por norma general deberíamos hacer una lista con los coches ‘de andar por casa’ que te podrías comprar con lo que vale el extra que nos ocupa, pero para hacernos una idea de la cantidad de la que estamos hablando, valga el ejemplo de que podrías hacerte con un Nissan GT-R, un Porsche 911 Carrera o un Mercedes-AMG GT, entre otros.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.