Stirling Moss no necesita presentación. Fallecido en 2020 a la edad de 90 años, es el piloto de F1 que más carreras ganó en la historia de esta competición, aunque no obtuvo ningún campeonato. Pero también brilló en resistencia, acumulando muchas victorias en carreras tan emblemáticas como las 24 Horas de Le Mans, y tampoco dudó en pilotar prototipos experimentales para la consecución de espectaculares récords mundiales.
Fue el caso del aerodinámico bólido MG EX 181 que la marca británica puso a su disposición en 1957 para conseguir superar la marca anterior, dentro de la categoría de hasta 1.5 litros de cilindrada, establecida en 1939 por el también británico Goldie Gardner, con un registro de 326, 69 km/h.
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Muy bajo y con una carrocería en forma de lágrima para conseguir la mejor penetración aerodinámica, el MG EX 181 se conserva como una de sus mejores joyas en el muy aconsejable Museo Británico del Automóvil de, ubicado en Warwick.
Con un chasis tubular hecho a mano, dispone de un motor central 1.5 sobrealimentado que funcionaba con una mezcla de metanol, nitrobenceno, acetona y éter sulfúrico para poder alcanzar una potencia máxima de 290 CV.
Pero cuando Stirling Moss se introdujo en el MG EX 181 aquella mañana del 23 de agosto de 1957, no podía saber que se superarían todas las expectativas. Tumbado en el exiguo interior de la frágil carrocería de aluminio realizó dos pasadas en línea recta para compensar el efecto del viento y pulverizar el registro anterior al conseguir una media superior a los 395 km/h.
En una evolución posterior, el motor llegó a 300 CV y, pilotado por Phil Hill en 1959, el MGEX volvió a subir el récord hasta 410,23 km/h.
El aniversario del logro marca en ese día otro hito de la larga historia de MG, una marca ya centenaria que esta misma temporada ha vuelto al mercado con una gama de modelos exclusivamente eléctricos.
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