A4 parece, S4 es

Si cuesta distinguir el nuevo A4 de su predecesor, tampoco esperábamos una sorpresa radical cuando Audi presentara la variante S4… y la marca de los cuatro aros nos ha dado la razón. De nuevo estamos ante un lobo con piel de cordero, ya que lo que esconde el capó no está representado en el exterior por una estética demasiado agresiva.

Su imagen recibe los cambios comunes en las versiones ‘S’ como una parrilla, unas carcasas de los retrovisores y un difusor trasero todos ellos de aluminio, además de los correspondientes logos, llantas de 18 pulgadas y las dos salidas doble de escape. El interior también es específico, con tapicería mixta de Nappa y Alcantara, una pantalla de navegación diferente e iluminación LED en las puertas. Sin embargo, esto no es lo relevante.

Lo que importa es todo el apartado técnico. El sedán tiene un peso en vacío de 1.630 kg, mientras que el Avant sube hasta los 1.675; ambos tienen con una suspensión multibrazo rebajada 23 mm y cuenta con el sistema de tracción integral quattro. El autoblocante reparte la fuerza en un 40/60 entre ambos ejes en condiciones normales, pero puede mandar hasta el 70% al delantero o el 85% al trasero, según lo requiera la situación.

¿Y de que fuerza hablamos? De los 354 CV que entrega el motor V6 3.0 TFSI, que además desarrolla 500 Nm de par máximo. Asociado a un cambio tiptronic de ocho velocidades acelera de 0 a 100 en 4,7 segundos (tres décimas más rápido que su predecesor) y alcanza los 250 km/h de punta. Su consumo en ciclo mixto está homologado en 7,4 l/100 km y sus emisiones de CO2 en 170 g/km.

El equipamiento tecnológico está formado, entre otros, por el sistema MMI, el navegador , el Audi Phone Box, control de crucero adaptativo, asistente de aparcamiento, de cambio de carril involuntario, asistente anti colisiones…

Las primeras unidades se entregarán a partir de principios de 2016.