Diseño de inspiración japonesa, mecánica alemana y la calidad de las marcas exclusivas. Es el cóctel que propone Infiniti en el Q30, su primer familiar compacto, que saldrá a la venta en enero con precios desde 24.900 euros (22.900 con promoción de lanzamiento).
El Q30 mide 4,42 metros de largo y en teoría es la alternativa japonesa a los Audi A3 Sportback, BMW Serie 1 (5 puertas) y Mercedes Clase A, tres compactos premium de referencia. De hecho, comparte la base mecánica y los motores y cambios del último, pero es 10 centímetros más largo y seis más alto que todos ellos. Y en la práctica tiene unas medidas idénticas al Mercedes GLA, la estilizada carrocería todoterreno del Clase A. Así, se sitúa a medio camino entre los familiares compactos y los todoterrenos de su tamaño, y por debajo del QX30, su hermano con carrocería más alta y silueta SUV, que saldrá en primavera.
Infiniti ha trabajado a fondo todos los valores que distinguen a un modelo exclusivo de uno popular para definir el Q30, desde la imagen al interior, la mecánica, etc. Y la colaboración con Mercedes ha permitido afinar en las áreas críticas, donde las marcas japonesas, incluso Lexus o la propia Infiniti, no tienen la experiencia de las europeas.
El primer aspecto es el diseño, imprescindible para hacerse un hueco en ese mercado, y un desafío difícil, porque está casi todo inventado. Pero el Q30 combina músculo y estilo para fusionar unas formas abombadas y unas líneas onduladas y fluidas que recorren todo el coche. Destaca la originalidad de la parrilla, los nervios laterales muy marcados y la zaga, con una luneta y un portón muy originales. Y el resultado es una imagen deportiva y elegante a la vez que aporta personalidad propia y un ADN inconfundible.
En el interior se mantiene el mimo al detalle, pero comparte demasiados elementos de Mercedes, desde la instrumentación a la consola central, y aunque tiene un salpicadero asimétrico muy peculiar, no sorprende tanto. Pero los asientos delanteros son muy buenos y aporta un ambiente de estilo tecno y aire elegante que transmite calidad y exclusividad. Y a pesar de su estilizada silueta, puede alojar atrás adultos de cierta estatura sin tocar en el techo y tiene un maletero aceptable (368 litros).
El culto a la calidad se aprecia también en detalles como los reglajes de la suspensión —hay dos tarados según el peso de los motores y cambios— o una insonorización impecable. Pero lo mejor es el resultado, porque tiene un comportamiento muy ágil y estable, y un tacto y funcionamiento exquisitos que se disfrutan al volante y completan un coche muy logrado.
La gama incluye cinco motores: 1.6 turbo (122 y 156 CV) y 2.0 turbo (211 CV) en gasolina. Y 1.5 dCi (109 CV) y 2.2 D (170 CV) en diésel. Salvo el 1.5 dCi, que es de Renault, el resto son de Mercedes, y a excepción del de 122 CV de gasolina, todos equipan el cambio automático 7G-Tronic de la marca alemana. Infiniti no ha confirmado precios, pero el más asequible costará los citados 24.900 euros.
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