La llegada de los coches eléctricos está trayendo consigo cambios notables en el mundo del motor. Para los usuarios y para los fabricantes. En el segundo caso, ha supuesto casi una duplicación de las gamas, con alternativas similares para un segmento con mecánicas de combustión o sin emisiones.
También ha tenido consecuencias en la nomenclatura, puesto que algunas firmas han experimentado hasta dar con la fórmula precisa para denominar a los recién llegados. El caso de Audi es paradigmático.
La marca de los cuatro aros denominó al primer eléctrico de su nueva era Audi e-tron a secas, algo que a la postre se quedó corto. De hecho, e-tron es el apellido que se ha puesto a los modelos eléctricos de la familia, tales como el deportivo Audi e-tron GT o el Audi Q4 e-tron, por poner algunos ejemplos.
Esto hizo que el SUV grande experimentara un cambio de nombre recientemente, pasando a llamarse Audi Q8 e-tron, para dejar claro su segmento y posicionamiento en el mercado.
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Los nuevos nombres de Audi
Ahora, la compañía alemana ha anunciado otra novedad al respecto que afectará a gran parte de su gama y que trae consigo cambios importantes: Audi va a reservar los números impares para los motores de combustión y los pares para los eléctricos.
Esto va a hacer que denominaciones ya clásicas, como los Audi A4 y Audi A6, desaparezcan, puesto que sus reemplazos de combustión en su siguiente generación se llamarán Audi A5 y Audi A7, respectivamente.
Esto, teniendo en cuenta que el fabricante ya tiene modelos con dichos nombres, va a llevar a cierta confusión, sobre todo si a esto se suma que en la gama seguirán existiendo los A4 y A6, pero en formato 100% eléctrico.
Todavía no hay plazos para que se produzca este cambio de nomenclatura, aunque podría ser bastante pronto, puesto que la actual generación del Audi A4 debería presentar su relevo a finales de este año, mientras que la actualización del Audi A6 se espera para 2024 y podría aprovecharse ese momento para el cambio de nombre.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.