Los excesos de velocidad son uno de los factores que más influyen en la siniestralidad vial. Además, circular por encima de los límites establecidos puede agravar todavía más las consecuencias de una colisión, provocando lesiones mortales.
Tras haber analizado la siniestralidad del verano en las carreteras catalanas, el Servei Català de Trànsit (SCT) ha decidido tomar medidas en una de las autopistas de su red. Se trata de la AP-7, de la cual se han ido liberando tramos en los últimos años.
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La eliminación de algunos peajes de la AP-7 provocó, en su momento, que aumentara la siniestralidad como consecuencia directa de un mayor flujo de vehículos. Por esta misma razón, el SCT ha decidido empezar a aplicar medidas preventivas desde este mismo 15 de septiembre.
Este verano han perdido la vida en la AP-7 dos personas. En lo que va de año, las víctimas mortales han sido tres, ocho menos que el año pasado. Pese a esta tendencia en lo que se refiere a mortalidad, la siniestralidad en esta autopista provoca retenciones y atascos con una frecuencia habitual, algo que preocupa a Trànsit.
Reducción de la velocidad en la AP-7
Al presentar el balance de siniestralidad de este verano, el SCT aprovechó para anunciar que la velocidad máxima de circulación en la AP-7 pasa a ser de 100 kilómetros por hora. Eso sí, no en toda la autopista ni en condiciones normales de tráfico.
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La reducción de la velocidad máxima a 100 km/h se aplicará en el tramo de la AP-7 entre Vilafranca de Penedès y Martorell. Este nuevo límite se impondrá cuando se abran los carriles adicionales y durante las operaciones de retorno, en fin de semana o en festivos, hacia Barcelona.
Al mismo tiempo, la reducción de la velocidad en este tramo de la AP-7 irá acompañada de controles de velocidad y del uso de paneles informativos. El objetivo es reducir los embotellamientos por pequeñas colisiones y avisar del riesgo de la concentración de accidentes.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.