Si hay un modelo en el mercado imponente de por sí, ese es el Mercedes Clase G. Un todoterreno de los de antaño, con un tamaño considerable y unas formas robustas, que con la motorización AMG es una auténtica mole de carretera. Sin embargo, Inkas Armored ha creído conveniente llevarlo un paso más allá: ahora es una limusina y está blindada.
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La compañía se dedica a fabricar vehículos para quienes necesitan protección, motivo por el que el Clase G tiene protección balística CEN 1063 BR7, lo que significa que puede resistir el ataque de rifles con munición de 7.62 mm. También son blindados los cristales y cuenta con un sistema de videovigilancia con cámaras térmicas que puede grabar todo lo que ocurra y subirlo a la nube a un servidor seguro.
También han aprovechado para convertirlo en una limusina, alargando su longitud hasta los 6.190 mm, mientras que su anchura y altura son, respectivamente, de 2.055 y 1.951 mm. ¿Para qué este aumento de espacio? Desde luego, no para alojar a muchos pasajeros: el habitáculo ha sido completamente reconstruido para llevar solo a dos personas que, eso sí, disfrutarán de todo tipo de lujos.
Los dos asientos están tapizados en cuero, son totalmente reclinables, cuentan con reposapiés y tienen función de masaje para todo el cuerpo. El interior está tapizado en Alcantara y piel, la madera está muy presente y da forma a un mueble con diversos compartimentos, entre ellos un minibar con nevera. Una televisión 4K de tamaño considerable corona la pared delantera de este salón. Lógicamente todo esto tiene un precio, y es que el Mercedes G63 AMG Limo de Inkas Armored cuesta 1,2 millones de dólares, lo que al cambio actual ronda el millón de euros.
Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.