El Concorso d’Eleganza Villa d’Est es uno de los eventos automovilísticos más esperado del año, sobre todo en lo que a términos de diseño se refiere. En él las marcas se dejan llevar y a menudo presentan modelos que entran por los ojos y hacen del lujo su naturaleza.
En la edición de 2015 BMW ha mirado a su pasado para traernos el futuro, concretamente la década de 1970. En aquellos años el fabricante fabricó un modelo mítico, el 3.0 CLS. Se trataba de una versión del 3.0 CS que destacaba por su construcción ligera de aluminio, lo que le convertía en un cupé 200 kg más liviano.
Esa idea es la que ha tomado la marca bávara y la ha puesto al día con el BMW 3.0 CSL Hommage, un prototipo que a más de uno no le importaría ver convertido en modelo de producción.
En pleno 2015 el aluminio es bastante más común que en los 70, por lo que se quedaba corto para un modelo que busca ser “tan ligero como una pluma”, así que los alemanes han decidido hacer un uso intensivo del plástico reforzado con fibra de carbono, comúnmente conocido como CRFP. Eso sí, nos quedamos con las ganas de saber cuál es el peso final del deportivo, porque BMW no ha facilitado datos.
Como tampoco lo ha hecho del apartado mecánico: se desconoce la potencia, el par o las prestaciones; aunque si se ha confirmado que el motor 3.0 forma parte de un sistema híbrido.
De lo que si podemos hablar es de la estética de este concept, que si bien es bastante futurista, tiene numerosos detalles que homenajean a su antecesor. Así, la doble parrilla de riñón alargada (aquí hasta el extremo) bebe de su ancestro, como también lo hacen los dos alerones traseros, los retrovisores cromados, los vinilos de la línea de cintura y el diseño de las salidas de aire tras los pasos de rueda delanteros. El resto es de nuevo cuño, como los llamativos grupos ópticos delanteros, los bajos en carbono descubierto, la salida de escape en el faldón lateral o la impresionante zaga.
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