Corría el año 2000 cuando se estrenó una película llamada ‘Colega, ¿dónde está mi coche?’, que no tenía más pretensión que ser una historia facilita para un público juvenil y que, pasados los años, se transformó en una cinta de culto. Narra las peripecias de Jesse (Ashton Kutcher) y Chester (Seann William Scott), dos amigos que despiertan tras una noche de fiesta sin recordar dónde dejaron su coche. Su búsqueda los lleva a situaciones absurdas y encuentros extraños, desde extraterrestres hasta cultos misteriosos. La película es un clásico para los amantes del humor irreverente.
Algo muy parecido le debió de suceder al propietario de un Mercedes-Benz SL 500 del año 2003 que aparcó el coche en algún lugar que jamás pudo recordar. Aunque parezca increíble, él mismo reconoció que olvidó dónde lo estacionó. Esto ocurrió en Estados Unidos y como sucede en muchos de sus estados, si pasados varios días un vehículo está aparcado en el mismo sitio, puede ser retirado por la grúa.
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En este caso, las autoridades lo etiquetaron como “abandonado”, lo incautaron y lo sacaron a subasta. El coche fue adquirido por un usuario que tenía la intención de repararlo, aunque nada de eso sucedió y el Mercedes se mantuvo parado durante muchos meses. Recientemente, el conocido Youtuber Ed Bolian, que posee una impresionante colección de coches, lo ha adquirido a través de Facebook Marketplace por solo 1.500 dólares (1.440 euros) para su completa restauración.

El sueño de los coleccionistas
Durante el año 2001, Mercedes-Benz lanzó el SL 500 R230, sucesor del legendario R129. Era la quinta generación de este deportivo de pura cepa. Fiel a la tradición SL o “Sport Leicht” (deportivo ligero), se ganó rápidamente un estatus de exclusividad. Su rareza y precio elevado lo convirtieron en objeto de deseo, incluso los poseedores de superdeportivos italianos como Lamborghini y Ferrari intentaban cambiar sus coches por el nuevo SL. En aquel momento, el SL 500 costaba más de 100.000 euros.
Uno de los aspectos más destacados fue la vanguardia tecnológica que ya montaba en aquellos días. A pesar de la controversia inicial por el diseño de sus faros, el modelo destacó por sus innovaciones. El acceso sin llave Keyless, la suspensión activa (ABC) o el sistema de frenado Sensotronic (SBC) lo situaron a la cabeza de su segmento.

Oferta mecánica
Desde el inicio, el SL 500 destacaba con su motor V8 de 5,0 litros y 306 CV. Posteriormente, se introdujo el SL 350, inicialmente con un V6 de 3,7 litros y luego actualizado a un 3,5 litros, con potencias de 245 y 272 CV respectivamente. El tope de gama, el SL 600, contaba con un impresionante V12 de 6,0 litros, disponible en versiones de 500 y 516 CV.
Para los amantes de las altas prestaciones, AMG desarrolló tres versiones especiales: el SL 55 AMG, con un V8 de 5,5 litros y potencias que oscilaban entre 476 y 516 CV; el SL 65 AMG, equipado con un V12 de 6,0 litros y 612 CV, y finalmente, el SL 63 AMG, lanzado en 2008, con un V8 de 6,3 litros y 523 CV.
Pendiente de restauración

Según el Youtuber Ed Bolian, flamante dueño del coche, el Mercedes-Benz SL 500 yacía en un estado deplorable, víctima del abandono y el paso del tiempo. Sus faros, opacos y empañados, apenas iluminaban el camino, mientras que el parachoques mostraba cicatrices de múltiples impactos. La ausencia de la rejilla delantera y la batería, claramente inadecuada, eran solo la punta del iceberg de un vehículo que parecía haber sido olvidado por completo. El interior, impregnado de olores a humedad y suciedad, revelaba un pasado de negligencia, con el salpicadero iluminado por un festival de luces de advertencia.
El cuero blanco de los asientos, otrora símbolo de lujo, ahora lucía un tono grisáceo, agrietado y descosido, testimonio del deterioro implacable. La falta del panel de control de la ventana en la puerta del conductor y las alfombrillas empapadas completaban el cuadro de un coche que había perdido toda su gloria. A pesar de su estado, el nuevo propietario se resistía a rendirse. Tras solucionar problemas con la puerta del pasajero y con el motor, el V8 de 5.0 litros cobró vida, rugiendo con una potencia que desafiaba su lamentable apariencia. Todavía falta mucho, pero su intención es restaurarlo completamente para que haga compañía a su espectacular colección de Lamborghini.
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