La Dirección General de Tráfico (DGT) pone en marcha esta semana una campaña especial de vigilancia de la velocidad, en la que los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil duplicarán los controles hasta el próximo domingo 12 de agosto. Se pondrá acento en los más de 140.000 kilómetros de vías convencionales que existen en España, carreteras en las que se producen ocho de cada diez muertes en accidentes de tráfico.
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El organismo insiste en la influencia de la velocidad excesiva (por encima de los límites) o inadecuada (la que sin superar los límites no se ajusta a las condiciones de la vía, el conductor o el vehículo) en la gravedad de los accidentes y las lesiones de las víctimas. Durante 2017 fueron 400 personas las que fallecieron en España en siniestros en los que la velocidad fue un factor recurrente.
La DGT llega incluso a preguntarse “¿por qué ir contra la evidencia” para referirse al último informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) sobre “Velocidad y riesgo de accidente”. Según el estudio realizado en diez países de mundo, entre los que se encuentran los europeos Dinamarca, Francia, Noruega y Suecia, se constata que a mayor velocidad mayor número de accidentes, por lo que los expertos recomiendan reducir la velocidad de la circulación para que también lo hagan el número de accidentes y sus víctimas.
En concreto, el informe se refiere a un límite de 50 km/h en zonas urbanas con intersecciones y riesgo elevado de colisiones laterales, así como en áreas urbanas residenciales, junto a una restricción a 70 km/h en carreteras de doble sentido sin mediana de separación entre ambos.
Al margen de las medidas puramente restrictivas que valora la DGT, un estudio propio defiende la eficacia de los sistemas de asistencia a la conducción. Implícitamente se desprende la necesidad de la renovación del parque automovilístico nacional, de manera que sean más los conductores que puedan beneficiarse de las ventajas de soluciones avanzadas como el control de crucero adaptativo, la alerta de colisión o el frenado automático de emergencia. Según los datos de este informe de la DGT, la implantación generalizada de estos dispositivos evitaría cada año 51.000 accidentes y reduciría en un 57% la severidad de los mismos.
Junto con la vigilancia de la red viaria nacional bajo su competencia, y como es habitual, la DGT insta a los ayuntamientos de todo el país a sumarse a esta campaña mediante la realización de controles en las zonas urbanas.
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