En los últimos meses hemos asistido a la creación, o al auge, de numerosas divisiones especializadas en la personalización de vehículos dentro de las propias marcas. McLaren Special Operations, BMW Individual o Jaguar-Land Rover Special Operations son claros ejemplos de ello; pero sin duda el más productivo ha sido Porsche Exclusive.
Los alemanes han salpicado el año con sus creaciones, estrenándose con el 911 Lime Gold Metallic, pasando después al 911 Turbo Cabriolet e incluso atreviéndose con el recién nacido Macan S. Era cuestión de tiempo que decidieran hacer de las suyas en un veterano de la familia como el Cayenne S.
Lo más llamativo es el tono de la carrocería, un Palladium Metallic que da color al pack SportDesign formado por faldones laterales, taloneras, ensanches en los pasos de rueda y un sistema de escape específico; así como a las llantas Cayenne SportEdition de 21 pulgadas. También cuenta con faros oscurecidos tanto delante como detrás, siendo los del frontal bi-xenón con tecnología Porsche Dynamic Light System.
El habitáculo está totalmente tapizado en cuero bitono, con un color oscuro predominante y un tono marfil a modo de contraste presente en la parte central de los asientos, los asideros, los espejos interiores, la columna central y algunas zonas del salpicadero.
Como acostumbra Porsche Exclusive, no hay modificaciones mecánicas. El Cayenne está movido por un bloque 3.6 V6 Biturbo de 420 CV y 550 Nm de par máximo, pasa de 0 a 100 en 5,2 segundos y alcanza una velocidad punta de 257 km/h.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.