Cuando piensas que los acabados interiores con guarecidos y molduras de madera son lo más en cuanto a vehículos de lujo (el carbono lo dejamos más pAra los deportivos) ¡boom! Llega Bentley te demuestra que estás equivocado: si quieres que el interior de tu continental o Flying Spur destaque de verdad (como si no lo hicieran ya de por sí) tienes que tener un salpicadero de piedra.
Si, de piedra. Pero no cualquiera. La materia prima es “seleccionada a mano en canteras de Rajasthan y Andhra Pradesh en la India”. Una vez obtenida, se corta en láminas y es tratada con una resina especial y con fibra de vidrio. Por último, se mandan a Mulliner (división de “hecho a medida” de la casa), donde son tratadas de forma artesanal para darles la forma apropiada.
“Piedra en un coche, genial ideal, más peso y peores prestaciones”, pensarás. Y se trata de un razonamiento lógico, pero Bentley también está en ello, y afirma que, debido a su grosor de solo 0,1 mm, las láminas no penalizan el rendimiento del coche.
Además, los clientes podrán elegir entre cuatro acabados/colores distintos para las molduras: cobre, galaxia, rojo tierra y blanco otoño.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.