Con solo tres años a sus espaldas todavía no ha llegado el momento de conocer la segunda generación del Mazda CX-3, pero sí de que estrene una actualización que lo mantenga fresco en el mercado. La versión 2018 del modelo se ha presentado en el Salón de Nueva York y estará a la venta durante el verano.
De imagen más que acertada, los retoques visuales son bastante comedidos. La parrilla recibe pequeñas modificaciones, los faros son de matrices LED, se suman nuevos diseños de llanta de 18 pulgadas, la carrocería se puede pintar en Soul Red Cristal y hay más detalles cromados.
En el habitáculo el mayor cambio viene propiciado por la incorporación de un freno de mano eléctrico con función ‘Auto-Hold’, con la que se activa cada vez que el coche se detiene. El pequeño tamaño del nuevo freno de mano ha permitido además redistribuir la posición de los posavasos y añadir un reposabrazos central.
La oferta mecánica sigue siendo la misma, pero todos los motores han recibido modificaciones para reducir sus emisiones y cumplir con la normativa Euro 6. En los gasolina no ha sido necesario ni recurrir a filtros de partículas para conseguirlo, mientras que los diésel montan un catalizador de NOx.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.