Son 50% más ligeras que las sintéticas, contienen hasta un 70% menos de plástico y su producción ahorra hasta el 62% en emisiones de CO2 respecto a los materiales tradicionales. Son las principales ventajas de las fibras vegetales elaboradas por la empresa emergente suiza Bcomp.
Y ya son varias las marcas que han mostrado interés por incluir en la fabricación de sus modelos estos materiales (AmpliTex y PowerRibs). Es el caso de Volvo, que ha realizado una inversión estratégica en Bcomp buscando un doble objetivo.
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El primero es reducir la huella de carbono en el proceso de producción de su próxima generación de modelos eléctricos puros. La marca sueca pretende alcanzar la neutralidad climática en 2040. Y el segundo consiste en aprovechar las cualidades de estos nuevos materiales orgánicos para aligerar el vehículo en favor de su eficiencia y dinamismo.
De los paragolpes a la F1
Para crear sus materiales, Bcomp utiliza fibras de lino obtenidas en cultivos sostenibles. En comparación con las piezas de plástico a las que sustituyen, ofrecen en su procesamiento un importante ahorro en consumo de energía y emisiones.
Y su aplicación es muy diversa, como demostró el año pasado Volvo en su prototipo a pilas Concept Recharge. El modelo equipa muchas piezas fabricadas con este material: cajones de almacenamiento inferiores, apoyacabezas, reposapiés, recubrimientos, paragolpes y guarnecidos.
Sin embargo y como apunta Bcomp, las utilidades de estas fibras vegetales se extienden a otro ámbitos más allá de la automoción, como son la náutica, productos de lifestyle , mobiliario doméstico o material deportivo.
Volvo no ha sido la única marca en vislumbrar el potencial de estos materiales, incluso frente la más cara y sofisticada fibra de carbono. Firmas como Porsche, BMW o McLaren ya los usan desde hace algunos años en sus modelos deportivos y también en coches de competición, tanto del campeonatos de turismos DTM como de la la F1.
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