El Suzuki Vitara es un modelo que ha cambiado mucho a lo largo de sus generaciones y sus 30 años de vida. En 2015 llegó su última configuración, la de un todocamino compacto que tres temporadas después recibe una ligera puesta al día para mantenerse fresco en el mercado.
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El lavado de cara es bastante apreciable, con un frontal en el que destaca la nueva parrilla cromada, acabado que comparten también los embellecedores del paragolpes. En la zaga cambian los grupos ópticos, ahora con tecnología LED y con un diseño de barras horizontales. También se suman nuevas opciones de llantas de 17 pulgadas y el fabricante nipón afirma que se mantienen todas las opciones de personalización, tales como la carrocería bitono y los paquetes de accesorios.
En el habitáculo los cambios son más sutiles e incluyen una nueva tapicería mixta, una mejora de la calidad percibida del salpicadero, con un material más blando, y la incorporación de una pantalla LCD de 4,2 pulgadas a color en el cuadro de mandos.
También hay modificaciones en la oferta mecánica, manteniéndose como tope de la gama el gasolina 1.4 BoosterJet de 140 CV, pero reemplazando el inferior, que era atmosférico, por el 1.0 Boosterjet de 111 CV de potencia. Según el acabado se pueden combinar con la caja de cambios manual o la automática de seis velocidades, así como con la tracción integral con cuatro modos de funcionamiento (Auto, Sport, Snow y Lock).
El aspecto que más novedades incluye es el de la tecnología y la seguridad. El actual Suzuki Vitara ya cuenta con control de crucero adaptativo y control predictivo de frenada con reconocimiento de peatones, pero ahora suma reconocimiento de señales de tráfico, detector de ángulo muerto, alerta de tráfico trasero, alerta de cambio de carril, asistente de cambio de carril, DSBS (Dual Sensor Brake Support) y alerta antifatiga.
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