El mercado de vehículos de ocasión (VO) sigue gozando de buena salud. Aunque también se ve afectado por la reacción en cascada que provoca la crisis de los semiconductores, muchos son los compradores que siguen buscando un coche o moto usados para cubrir sus exigencias de movilidad.
El pasado año, las operaciones de coches usados crecieron en España un 9% en relación al año anterior (que se vio condicionado por la pandemia), llegando a 1,98 millones de unidades con una proporción respecto a los automóviles nuevos de 2,3 a 1.
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Y las negociaciones entre particulares son numerosas, principalmente por la variedad de producto y las ventajas económicas que suelen reportar para ambas partes frente a la mediación de profesionales. Sin embargo, esta relación privada también tiene sus riesgos, como acaban de denunciar, una vez más, las fuerzas policiales.
En concreto, ha sido ahora la policía local de Medina Sidonia (Cádiz) la que ha compartido en sus redes sociales un intento de estafa a uno de los vecinos de su localidad. El afectado pretendía vender una motocicleta a través de la plataforma de ‘Mil Anuncios’ y recibió la oferta de un comprador anónimo, que contactó con él por teléfono.
El supuesto interesado intenta convencer al vendedor para que realice un pago de dos céntimos de euros a través de Bizum con el extraño propósito de poder realizar él, a su vez, el abono de 500 euros en concepto de señalización del vehículo. El timador busca confundir a su víctima con el envío de mensajes de texto y avisos de la plataforma de pago, alegando que ese es el único método del que dispone para realizar la transacción.
El vendedor, a pesar de su buena fe, desconfía de cuanto ocurre e insiste al estafador para que realice una transferencia bancaria o el pago total de la moto cuando se desplace para concretar su compra. A la vista de que su artimaña no funciona en esta ocasión, el comprador deja de serlo y directamente termina la llamada telefónica.
Problemas para el comprador
Este tipo de estafas al vendedor son frecuentes, aunque menos que las que afectan a los compradores en estas plataformas digitales. Lo más habitual es que los vendedores fraudulentos busquen la atención de posibles interesados con ofertas muy atractivas, con precios por debajo de la cotización real del mercado.
Justifican el bajo coste del vehículo por motivos diversos (necesidad de liquidez, traslado por causa del trabajo, falta de uso, una herencia o cualquier otra excusa creíble), mientras que solicitan al comprador una señal de reserva hasta que puedan cerrar la operación. El complemento ideal para el timo es asegurar que hay muchas personas ya interesadas, que el vehículo se venderá rápido y que el primero en señalizar será el afortunado propietario de semejante ganga.
Quienes pican el señuelo acceden a realizar el pago (en ocasiones incluso fuera de su país, para vehículos de importación) a través de Bizum o transferencia bancaria a una persona que, una vez recibido el dinero, desaparece sin dejar rastro.
Y aunque estuviera identificado, pocos son los afectados que afrontarían lo que puede ser un largo proceso judicial para recuperar cantidad de dinero que, de no superar los 400 euros, se considera un delito leve de hurto, que se castiga con una pena de multa de uno o tres meses, sin antecedentes penales si se satisface la sanción en un plazo de seis meses.
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Una vida sobre ruedas. De piloto (malo) de motocross a periodista deportivo en Diario AS, incluyendo una década en los grandes premios de MotoGP. Apasionado de los coches y las motos, en más de 30 años ha tenido el privilegio de probar unos cuantos cientos de unos y de otras. Ahora, subdirector en Prisa Motor.