Flores contra radares, la última moda en la carretera

Los vecinos, hartos de las multas puestas por los radares automáticos, han optado por inutilizarlos empleando ramos.

Radares
Uno de los ramos. Vía Frank Morano en Twitter.

Los radares son parte del paisaje de medio mundo. Destinados, sobre el papel, a velar por la seguridad de los usuarios de las carreteras detectando a quienes cometen exceso de velocidad, no son pocos quienes consideran que su afán no es tal, si no recaudatorio. Las maneras que hay de protestar contra ellos son muchas y muy variadas, pero la última moda es utilizar flores.

En lugar de vandalizarlos, por ejemplo, destrozándolos o pintando sus cámaras para que así no puedan ver, la organización ‘Staten Island Beautification Squad’ se ha dedicado a obstruir la visión de los cinemómetros utilizando ramos, de manera que cuando detectan una infracción, no se ve nada en la instantánea que toman.

Dado que las cámaras están situadas a una altura considerable, los activistas los atan a varas largas, que luego anclan para colocar las flores justo en frente del objetivo del dispositivo.

El movimiento es bastante llamativo y se ha viralizado, con decenas de ramos repartidos por toda la zona de Staten Island, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. Por redes, son muchos los que apoyan a quienes lo estén llevando a cabo, comentando que son ángeles o preguntando dónde pueden donar flores para contribuir a la causa.

Y es que los ciudadanos de Staten Island parecen haberse cansado de los radares automáticos que pueblan su hogar: en 2024 tuvieron que pagar más de 22 millones de euros en multas de este tipo.

Vito Fossella, presidente del condado de Staten Island, ha declarado que “aunque no lo aliento, puedo entender totalmente la frustración”, según recoge CBS.

“En el fondo, no se trata sólo de proteger a los niños en las escuelas. Se ha transformado en algo dramáticamente diferente. Y creo que la gente está harta de que le digan: ‘Oye, tenemos que hacer esto y aquello para protegerte’, cuando en realidad todo es cuestión de dinero», sentencia.

Sin embargo, el Departamento de Transporte de la ciudad tiene una opinión muy diferente, como ha dejado claro en su comunicado: “El exceso de velocidad mata. La manipulación de radares es inaceptable y pone en riesgo vidas. Estamos trabajando activamente con la policía de Nueva York y los perpetradores serán responsables de poner en peligro la seguridad pública”.

Un comportamiento penado

Vandalizar radares no es algo que se deje pasar y está perseguido en los países en los que se usan estos dispositivos. En España, por ejemplo, destrozar un radar fijo puede suponer una multa de hasta 3.000 euros.

Puede parecer una cuantía elevada, pero no es nada comparado con los gastos de reparación: reemplazar la cabina puede costar hasta 15.000 euros y si lo que hay que sustituir es el dispositivo la cifra puede subir hasta los 40.000 euros.

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