Cuando la Guardia Civil patrullaba los pueblos en un 4 Latas

La cuenta de Twitter de la Benemérita recordó hace unos días el mítico R-10, pero hubo otros coches con historia: Seat 1400, Seat 127, Talbot Horizón, Nissan Patrol...

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El Renault 4L fue utilizado hasta los años noventa.

Hace unos días hacíamos un recorrido por la historia de los coches de la Policía, y hace nada la propia Guardia Civil recordaba en Twitter los legendarios R-10 con los que vigilaba las carreteras casi 60 años atrás. Así que es el momento de repasar los coches de la Benemérita. Y veremos diferencias notables, porque las atribuciones que ha tenido este cuerpo han sido tradicionalmente otras.

Para empezar, el instituto armado ha estado siempre vinculado al mundo rural, por lo que es habitual encontrar pequeños vehículos y todoterrenos. Y desde 1959 también se ocupa del tráfico, por lo que aquí ya encontramos berlinas y vehículos preparados para hacer grandes kilometradas con buenos maleteros.

Los primeros coches que patrullaron nuestros pueblos y caminos fueron los SEAT 1400 B, la evolución del primer modelo de la firma española, y el Land Rover Serie 1.

El todoterreno británico nació tras la II Guerra Mundial y recibió gran parte de la herencia que le dejaron los vehículos que participaron en la contienda y que debían ser capaces de atravesar casi cualquier terreno. Pronto comenzó su producción en nuestro país, en la planta de Linares (Jaén) con lo que se salvaban las trabas a la importación.

Con el tiempo llegaron nuevos modelos como el Seat 124 y el Renault 10, y posteriormente el Seat 127. En cuanto a los todoterrenos, se iban sucediendo las diferentes generaciones del Land Rover Defender, hasta que en los años ochenta Nissan desplazó a la marca inglesa con su modelo Patrol. Varias de sus generaciones se vestían de blanco y verde para patrullar nuestros caminos.

También rodó por los caminos de España el Renault 4L, el mítico 4 Latas, que resultaba mucho más barato que un 4×4 y, en muchas ocasiones, podía solventar perfectamente la papeleta. 

A principios de los ochenta poco a poco fueron llegando los primeros Seat Ritmo y Talbot Horizón, también los Peugeot 504 y posteriormente los Citroën BX, estos como también se implantaban en el cuerpo de Policía.

Con la llegada de los noventa entraron los novedosos Citroën ZX y el Nissan Almera, fruto, en el segundo caso, de la excelente relación entre la Benemérita y la compañía japonesa.

La Guardia Civil de Tráfico ya estaba utilizando los Citroën Xantia desde los inicios de la década para ser poco a poco sustituidos por Peugeot 406 y Renault Laguna, que dieron paso al Ford Mondeo primero y al Citroën C5, después.

Mientras, en los pueblos, el Peugeot 306 dio paso al Renault Megane y este al Peugeot 307. En el campo, el Patrol hacía tiempo que había dado paso a su hermano el Terrano y posteriormente al X-Trail.

En los últimos años han tomado un importante protagonismo en la Guardia Civil los vehículos del Grupo Fiat, de manera que se han utilizado ampliamente el Fiat Croma y el Ulysse, y sobre todo el Alfa Romeo 156, que fueron sustituidos por el modelo 159.

Más allá del gigante transalpino, también llegaron partidas del Seat Exeo (la berlina de la firma española que apenas duró unos años), del Peugeot 407 y de la última evolución del Citroën C5.

Y si nos fijamos en los coches usados como radares móviles camuflados (aunque es difícil señalar una tendencia histórica, puesto que cuentan con modelos de todas las marcas para pasar inadvertidos), el más usado en los últimos años es el Citroën C4.

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