Dentro de marcas de larga tradición, lo habitual es que sea un producto longevo y con trayectoria amplia el que más se haya vendido. Sin embargo, en ocasiones puede ser un recién llegado, que traiga consigo una propuesta audaz, el que consiga relevancia y una posición destacada. Es el caso del Mazda CX-5, que en 2022 cumple su primera década de presencia en el mercado, periodo que le ha servido para convertirse en el modelo más exitoso de la marca japonesa en la actualidad.
Su huella en el tan competido segmento de los SUV compactos propicia la impresión de que lleva más tiempo comercializándose, pero su lanzamiento es relativamente reciente: comenzó a comercializarse en 2012 y, desde entonces, ha vendido 3,5 millones de unidades, demostrando además que el continente europeo es uno de sus principales baluartes, acumulando en él más de 500.000 matriculaciones.
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Pionero por partida doble
Ya en aquel momento los todocaminos compactos apuntaban maneras, prometiendo un peso cada vez más importante dentro del mercado global. Por ello, contar con un representante de la marca en ese segmento se antojaba clave, aunque desde Mazda querían hacerlo a su manera.
Masashi Nakayama, responsable de la División de Diseño encargada de dar forma al primer CX-5, admite la complejidad de la situación: “Crear un SUV que fuera atractivo a nivel mundial fue una tarea difícil. Pero nos propusimos el desafío, reuniendo elementos complejos de diseño y agregando componentes deportivos a un SUV, creando un vehículo que puede llamarse el Segmento CX-5”.
Para ello contaron, además, con la filosofía de diseño KODO, estrenada tan solo un año antes por el prototipo Shinari. El Alma del Movimiento se convirtió en la base estética de los modelos de la marca a partir de entonces, pero fue el Mazda CX-5 el primero que la llevó a producción.
Moldeado a mano utilizando arcilla, el concepto artesanal característico de Mazda se tradujo en un todocamino de proporciones armoniosas, que combinaba a la par elegancia y robustez, equilibrando el estilo más aventurero representado por las protecciones de plástico inferiores y el dinamismo transmitido por las líneas de tensión de la carrocería.
Por si fuera poco, estableció uno de los que serían sus elementos más característicos: la parrilla delantera con forma de diamante, con un marco inferior cromado que dirige la atención hacia su mirada.
Y el estético no fue el único campo pionero para Mazda, pues también se convirtió el primer vehículo de la casa en estrenar los motores Skyactiv, diseñados para aunar rendimiento y eficiencia.
Perfeccionando la fórmula
La segunda generación del Mazda CX-5 llegó en 2017 y, aunque el original solo hubiera visto la luz cinco años antes, ya había dejado su impronta en la memoria de los usuarios, así que había que respetarla y llevarla un paso más allá.
Se optó, como era lógico, por evolucionar su concepto sobre dos pilares fundamentales: conseguir una identidad visual todavía más potente y elevar aún más el nivel de calidad interior percibida.
Perfectamente reconocible como heredera de la original, la segunda generación estilizaba la carrocería del todocamino rebajando su altura y afinaba todavía más su reconocible frontal, con una parrilla de mayor tamaño y unos delgados pilotos extendiéndose a partir de ella.
Se suavizó el conjunto, dejando de lado las nervaduras para optar por unos paneles de la carrocería más limpios y de formas naturales, en los que es la propia incidencia de la luz la que da lugar a los volúmenes.
Décimo aniversario
El modelo estrena su primera década con una importante actualización que retoca lo mínimo, pues su diseño se mantiene fresco, tal y como señala Nakayama: «No queríamos cambiar las partes del diseño que resuenan en nuestros clientes, sino avanzar en la apariencia de la firma para mejorar su forma única, especialmente en la parte delantera del automóvil».
En lugar de optar por cambios de imagen de gran calado, que se antojarían innecesarios, se ha centrado la atención en ampliar las posibilidades de elección para los conductores, añadiendo ahora tres versiones especiales a los acabados ya existentes, bajo las denominaciones: Homura, de carácter deportivo; Newground, que saca su lado más aventurero; y Signature, que muestra su cara más elegante.
Por otro lado, continúa la evolución de la familia de motores Skyactiv con desactivación de cilindros para mejorar el consumo y las emisiones, pudiendo montar dos mecánicas gasolina de 165 y 194 CV, así como dos diésel de 150 y 184 CV. Es posible optar por cajas de cambio manuales o automáticas y, en el caso de las motorizaciones más potentes, por el sistema de tracción total i-Activ AWD.
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