Época dorada en plena crisis. Es precisamente lo que ha experimentado el segmento de los automóviles más lujosos en plena pandemia, agravada en el caso del sector del automóvil por los paros forzosos en las cadenas de montaje, los ajustes tecnológicos de la transición energética y la penuria de componentes electrónicos basados en los semiconductores.
“Mucha gente ha sido testigo de la muerte de personas en sus comunidades y pensar que la vida puede ser corta les ha decidido a vivir el ahora y no posponer sus planes para el futuro”. Son palabras de Torsten Müller-Otvös, consejero delegado de Rolls-Royce, que ve en esta dramática circunstancia el motivo por el que su compañía registró unos resultados de récord durante el pasado año.
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En concreto, la marca británica ahora propiedad de BMW se aproximó a las 6.000 ventas mundiales (5.586), algo insólito y que los responsables de la compañía de Goodwood atribuyen al efecto de la amenaza pandémica sobre sus clientes, que no han querido posponer más tiempo la adquisición del coche de sus sueños.
‘Carpe diem’… en un Rolls-Royce
Pero Rolls-Royce, que en 2021 ha visto incrementar sus ventas en un 49%, no ha sido la única marca de prestigio que se ha beneficiado de este fenómeno. Bentley, otro de los grandes británicos entre los automóviles más codiciados y en la actualidad propiedad del grupo Volkswagen, consiguió en ese mismo periodo 14.659 matriculaciones, un 31 % más que en el año anterior: pulverizó cualquier resultado precedente.
Son resultados insólitos y a contracorriente de la crisis. Sobre todo, teniendo en cuenta las elevadas inversiones que se necesitan para adquirir alguno de estos coches de superlujo. Los Rolls-Royce Ghost o Cullinan son modelos con tarifas superiores a los 300.000 euros, y el precio de los Bentley parte desde 200.000.
Pero este carpe diem transmitido por los clientes al máximo responsable de Rolls-Royce y el histórico crecimiento de Bentley no han sido un caso aislado. Bugatti, otro ejemplo de carísima y artesanal exclusividad, también ha anunciado que el pasado ejercicio tuvo más pedidos que nunca. En concreto recibió 150 pedidos, lo que no está nada mal para un coche ultrapotente con hasta 1.500 CV como el Chiron, que se vende por 3,2 millones de euros.
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