Hemos hablado tanto de la fiebre SUV que no tiene sentido seguir, pero es como un rodillo, las marcas lo saben y lo aprovechan. Audi empezó en la tendencia con el masivo Q7 y poco a poco ha ido completando su gama hacia abajo: Q5, Q3 y, finalmente, el esperado Q2.
El chiquitín de la familia llega para hacerse hueco en el competido segmento de los todocaminos compactos (habrá que ver si no a costa de su propio hermano), mide 4.190 mm de largo, 1.790 mm de ancho, 1.510 mm de alto y tiene una distancia entre ejes de 2.600 mm.
Su principal baza para triunfar está en su carácter desenfadado. Si de algo se puede acusar a Audi es que sus modelos son casi clónicos y tienen cierto aire serio/aburrido, así que el fabricante ha querido romper con ello en el Q2 y, de paso, intentar atraer a un público más joven.
Y la intención se nota desde el primer vistazo. El frontal luce una parrilla incluso más grande de lo habitual y los faros están dispuestos de una manera más diagonal, en la vista lateral los distintos tipos de llantas cambian bastante el aspecto general del SUV y en la zaga llama la atención en pilar C en negro o plateado, en clara referencia al A1.
El habitáculo mantiene la línea habitual de diseño en la marca, tiene espacio para cinco personas y una capacidad de maletero de 405 litros, ampliable a 1.050 gracias a la banqueta de asientos traseros abatibles.
Audi ha desvelado hasta la oferta mecánica con la que estará disponible. Se podrá elegir entre tres gasolinas y tres diésel. Los primeros serán 1.0 116 CV, 1.4 150 CV y 2.0 190 CV; los bloques de gasóleo serán un 1.6 116 CV, un 2.0 de 150 CV y un 2.0 de 190 CV. Se podrán combinar con cajas de cambios manuales o automáticas, y habrá posibilidad de elegir tracción integral en algunas versiones.
En verano se abrirán los pedidos y las primeras entregas llegarán en otoño. Por el momento no se sabe nada de los precios.
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