La actividad principal de la Policía Nacional se desarrolla en núcleos urbanos y así como la dirección general del cuerpo ha optado por la eficiencia para la movilidad de sus agentes, incorporando a su flota 70 unidades Z del Toyota Prius+ con tecnología híbrida. De ellas, 10 corresponden a la variante iZ que se caracteriza por su avanzado equipo de comunicaciones y grabación de imágenes.
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El objetivo de esta operación, realizada a través de un rénting de cuatro años, es reducir la huella de carbono de la flota de la Policía Nacional. El Prius+ combina un motor de gasolina de 1,8 litros y 99 CV con otro eléctrico de 82 CV para alcanzar una potencia total combinada de 136 CV. Su batería es de 1kWh y se recarga con la propia energía cinética del vehículo, sin necesidad de su conexión a una red eléctrica.
Todas las unidades están personalizadas con la identidad corporativa del cuerpo y disponen de los elementos específicos para sus tareas, como la iluminación exterior o el equipamiento para detenidos. Diez de ellas, además, se completan con avanzados sistemas para las funciones policiales: comunicación y grabación de imágenes, sistema de lectura y consulta automática de documentos, cámara de vigilancia de las plazas traseras, lector móvil de huellas dactilares y sistema OCR de reconocimiento de matrículas.
Estas unidades iZ son capaces de consultar 400 placas de matrícula por minuto mediante su reconocimiento instantáneo, incluso en condiciones de baja iluminación o por la noche. Disponen también de dos cámaras en el habitáculo que permiten realizar grabaciones en la dirección de la mecha y la contraria, además de una tercera para obtener imágenes de forma automática o a requerimiento de los agentes del espacio para los detenidos.
Francisco Pardo Piqueras, director general de la Policía, ha adelantado que a esta decena de vehículos iZ se sumarán otras 152 de idénticas funcionalidades en próximas fechas.
Los nuevos Toyota Prius+ de la Policía Nacional, que ya se encuentran operativos en diferentes ciudades de España, permiten la comunicación entre ellos, además de con otros cuerpos y bases de datos policiales. De este modo, se convierten en oficinas móviles desde las que los agentes pueden realizar trámites hasta ahora reservados a los puestos fijos.
En cuanto a los sistemas de captación de imágenes y sonido garantizan la cadena de custodia, admitiéndose como prueba en caso de ser necesario pero protegiendo en todo momento los derechos y libertades de los ciudadanos.
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