Cualquier conductor que quiera deshacerse de su coche tiene varias opciones: puede entregarlo a cambio de uno nuevo o puede venderlo él mismo. Eso sí, en este último caso, la Unión Europea (UE) quiere tener la última palabra.
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En Bruselas llevan dos años trabajando en un nuevo reglamento sobre vehículos que están al final de su vida útil. El objetivo de la UE es introducir una regulación más estricta sobre la venta de coches usados y, especialmente, sobre aquellos que han terminado su ciclo.
Probar que no ha llegado al final de su vida
El artículo 25 del proyecto de ley pone el foco en este tipo de vehículos. Según lo establecido, el vendedor del vehículo tendrá que demostrar que no está al final de su vida útil. Algo aplicable tanto a las operaciones realizadas dentro de la UE como a las exportaciones.
La prueba de que no se produce un cambio de manos en un presunto vehículo de desguace se puede aportar de dos maneras: presentando un certificado de la ITV en vigor o la tasación de perito profesional e independiente. Esto puede costar al propietario cientos de euros y difícilmente sería rentable para aquellos coches usados que son antiguos.
Una posible excepción
Si no se presenta alguno de estos dos documentos, el vehículo no podrá matricularse, transferirse o exportarse. En la práctica, esto significa que el coche ya no podrá venderse como usado. La única excepción podría ser la venta directa a un particular o alguien relacionado con el propietario.
Y es que si la operación se lleva a cabo en una plataforma electrónica (como, por ejemplo, una web de venta de coches de segunda mano) o con fines comerciales, se aplicarían estas nuevas regulaciones.
¿Cuándo entrarán en vigor?
El pasado 17 de junio, los ministros de medio ambiente en el Consejo de la Unión Europea llegaron a una posición común. Las comisiones de Medio Ambiente y Mercado Interior del Parlamento Europeo siguieron recientemente el ejemplo.
Eso sí, el camino de este proyecto de ley no ha terminado: todavía debe obtener luz verde en las próximas negociaciones entre la Comisión, el Consejo y el Parlamento.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.