Lamborghini anunció que en el Salón del Automóvil de Frankfurt “el cielo se abriría”, pero no ha habido que esperar hasta el inicio del evento para conocer al último miembro de la familia de Sant’Agata Bolognese: el Huracán LP 610-4 Spyder ya está aquí.
Y llega manteniendo intactas las bellas líneas del cupé, pero añadiendo los toques necesarios para que sea igual de divertido de conducir a pesar de la pérdida de techo. Éste es en esta ocasión de tela, está disponible en tres colores (rojo, negro y marrón) y se activa de manera electrohidrúlica, abriéndose o cerrándose en 17 segundos y pudiendo realizarse el proceso a velocidades de hasta 50 km/h. entre las aletas situadas tras los asientos hay una ventanilla que, como curiosidad, se puede bajar incluso con el techo desplegado, dejando que el sonido del motor llene el habitáculo.
El apartado técnico es, como siempre, muy similar al Huracán normal, pero Lamborghini ha querido comparar este cabrio con el que fue su predecesor, el Gallardo Spyder. Respecto a éste, su chasis tiene un 40% más de rigidez estructural y la carga aerodinámica es un 50% mayor. Además, tiene un coeficiente aerodinámico “muy bajo” y un peso en seco de 1.542 kg.
No hay novedades en el motor, que es el V10 5.2 atmosférico que ya conocemos, y que entrega 610 CV a 8.520 rpm y 500 Nm de par máximo a 6.500 vueltas. El bloque va asociado a una caja de cambios de doble embrague y siete marchas, que manda la potencia a las cuatro ruedas con un reparto de par de hasta un 57% para el eje trasero.
Como resultado acelera de 0 a 100 en 3,4 segundos y alcanza una velocidad máxima de 324 km/h. el pero es su consumo, homologado en 12,3 l/100 km en ciclo NEDC. Pero seamos sicneros, ¿le va a preocupar eso a quien pague los 186.450 euros que costará?
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.