Se trata de un compromiso con Europa, que condicionó las ayudas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia al establecimiento de peajes en las carreteras, así que antes o después las autovías serán de pago en España.
El horizonte se ubicó primero en 2024, pero la incertidumbre económica actual (y impopularidad de la medida) puede retrasar algo la fecha. Y la Dirección General de Tráfico (DGT), por otra parte, dejó entrever que habrá exenciones para algunos automovilistas.
De cualquier modo, las primeras autovías de pago ya están en marcha en España. Una de ellas funciona desde principios de año, otras dos se se sumarán antes de que termine el año y algunas más están en proyecto, todas en el País Vasco.
Primera autovía con peaje
El sistema de cobro lo estrenó la Diputación Foral de Gipuzkoa, que instaló un sistema de pago en la A-636, en enero pasado, entre las localidades de Beasain y Bergara.
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Esta primera autovía con peaje de España comprende un tramo de 15,5 kilómetros y funciona sin necesidad de cabinas de peaje. Mediante una tecnología de pórticos y lectura de matrículas, el Gobierno foral cobra a distancia a los automovilistas que transitan por ese tramo.
El sistema de viñeta es uno de los métodos que baraja el Gobierno central para instalarlo de forma general en las autovías. Para que funcione, los conductores deben instalar un dispositivo en su coche y darlo de alta en la empresa que gestiona los cobros (Bidegi, en este caso).
Autovías de pago: cuánto cuestan
Los coches y los vehículos ligeros pagan 2,53 euros, mientras que el coste de los camiones es de 4,11 euros y 5,15 euros (para los de más de 12 toneladas). Es decir, entre 16 y 33 céntimos por kilómetro, una tarifa muy superior a la que, en principio, se plantea el Gobierno. Hasta el momento, se ha hablado de entre uno y nueve céntimos por kilómetro.
El caso de la guipuzcoana A-636 es el primero, pero pronto dejará de ser el único. Las Juntas Generales de Bizkaia han aprobado la implantación de peajes en 101 kilómetros de su red viaria. Y no se trata solo de autovías.
Según publica El Correo, la Diputación invertirá 60 millones de euros en la instalación de los pórticos de lectura de matrículas, con el mismo sistema que en la A-636. El propósito de instalar estos peajes es llevar el tráfico pesado a la autopista AP-68 y la Variante Sur Metropolitana de Bilbao, una circunvalación conocida como Supersur.
Las cinco próximas autovías de pago
La medida solo afectará a los vehículos de más de 3,5 toneladas. Los cálculos del Gobierno foral es que así se reducirán los accidentes en un 10% y la contaminación, en un 13%. Los tramos de pago empezarán a funcionar a finales de año.
- BI-625, entre Basauri y Llodio
- N-240, por el valle de Arratia y el puerto de Barazar.
- A-8, entre Basurto y El Haya (2023)
- N-636, en el alto de Kanpazar (2023)
- N-637, entre Erletxes y Rontegi. (2023)
Los planes para Álava
La Diputación de Álava también estudia instalar peajes (o un método de pago alternativo) en varias de sus carreteras y autovías. Uno de los proyectos es cobrar en algunos tramos de la A-1, que pisa esta provincia a lo largo de 65 kilómetros.
Y también se prevé terminar con la gratuidad en otros cuatro tramos de la N-240 (10 kilómetros entre Gamarra Mayor y Urbina), la N-102 (cinco kilómetros, Ariñez-Mariturri), la N-622 (casi 40 kilómetros, entre Vitoria y el peaje de Altube, en la AP-68) y la N-624, que une la N-622 con el aeropuerto vitoriano (tres kilómetros).
Los conductores que no pagarán
En una comparecencia en el Senado en 2021, el director general de Tráfico, Pere Navarro, justificó la necesidad de pagar por usar las carreteras, pero señaló que también caben excepciones. “Cuando se pone el peaje del tipo que sea, normalmente se excluyen algunos casos en los que el viaje diario, cotidiano, por tema laboral, queda exento”. También mencionó otras circunstancias, como los desplazamientos por asuntos médicos o de estudios, pero la DGT no ha desarrollado ningún plan concreto.
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Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).