Sacarse el carné de conducir es un trámite que todos los conductores están obligados a hacer. Pero los coches y carreteras actuales exigen un plus de conocimiento que no se otorga en las autoescuelas y que nunca está de más adquirir, aunque sea por otros medios.
Esos otros medios son, en su mayoría, las escuelas de conducción. Ante la demanda creciente, han proliferado a lo largo y ancho de España.
Pero, dada la avalancha de oferta, surge una duda: ¿cuál es el que se debe elegir? Para contestar a esta pregunta, primero se pueden valorar los siguientes puntos, e ir acotando según sean las preferencias.
Precio de un curso de conducción
Inevitablemente y aunque no debería ser excluyente, el precio es siempre una razón de peso para elegir uno u otro curso. Algunos incluyen coches propios y otros exigen que el alumno lleve su coche. Eso puede suponer una diferencia de precio notable.
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Luego está el tiempo que dure y si se incluye alguna noche de hotel, comidas o cenas. Si no se incluyen, el precio puede partir de unos 150 euros y llegar hasta varios miles de euros en caso de hacerse en otro país.
En cualquier caso hay que tener en cuenta que, por no mucho dinero, la seguridad que se gana puede ser decisiva en caso de una emergencia al volante. Con estos conocimientos, puede transformarse en una simple anécdota.
Tipo de coche
No es lo mismo realizar un curso con un coche deportivo que con un utilitario. Es mucho más recomendable hacerlo con uno de los primeros.
Y es que con un deportivo se puede circular más rápido y aprender bastantes más cosas en cuanto a dinámica y movimientos del coche en caso de imprevistos.
Otro tipo de vehículos y de cursos son los enfocados a la conducción todoterreno. Se realizan en tramos camperos preparados con todo tipo de obstáculos, que se aprende a superar a pesar de que, en la vida real, puede que nunca se encuentren.
Ejercicios a realizar
Aquí hay una variedad muy grande. Cada marca e incluso cada instructor tienen sus propios ejercicios y sus propios criterios.
Pero siempre es bueno que se cuente con alguna clase teórica al principio, que ayude a conformar una buena postura al volante, a conocer las características del coche a utiliza o que se enseñe el trazado del circuito y las zonas a trabajar.
Después, una vez en pista, lo deseable es que el mismo instructor acompañe al alumno en su aprendizaje el máximo tiempo posible, para ver sus posibles carencias y su evolución.
En cualquier caso, es mucho más valiosa la práctica que la teoría. Así que es recomendable que la mayoría del curso se desarrolle al volante y practicando una y otra vez los distintos ejercicios.
Instructores
Todos suelen ser personas expertas en la conducción. Pero si entre sus filas hay pilotos con experiencia en competición, el caché del curso aumenta bastantes enteros.
Y si es con pilotos nacionales, que hablen en español y que se puedan comunicar en este lenguaje, mucho mejor para la comprensión de todos los ejercicios y el aprendizaje sea más rápido.
Lugar y escenario
No es lo mismo si el lugar del curso está a 500 kilómetros de distancia que a 50. Si está más cerca se llega más descansado y fresco, algo bueno para que la capacidad de retención se mantenga intacta.
Y, evidentemente, si el sitio donde se va a realizar el curso es un circuito de velocidad con historia o con un palmarés importante en cuanto a la organización de carreras de alto nivel, mucho mejor. Las instalaciones serán también de primer nivel y todo se hará de una forma cómoda y mejor organizada. O, al menos, debería ser así.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.