El mini-Aventador acaba de presentar en el Salón del Automóvil de Los Ángeles su variante de propulsión trasera: el Huracán LP 580-2. No busquéis cambios estéticos, porque aunque los hay (llantas, ópticas, faldón delantero), no son muy relevantes. Lo importante es su mecánica.
Esta versión deja de lado el sistema de tracción integral con el que conocimos al modelo y opta por mandar toda la fuerza del motor al eje trasero. ¿Consecuencias? La primera, un peso 33 kg más ligero para situarse en los 1.389 kg en seco; la segunda, una nueva distribución de pesos, en este caso 40/60 entre ambos ejes. Además el modelo incorpora el LPI (Lamborghini Piattforma Inerziale), un sensor que manda información en tiempo real a la dirección, el control de estabilidad y tracción, y el MRS (Magneto Rheological Suspension) para obtener el mejor rendimiento posible en cada situación.
Esta es la parte buena, pero a cambio tiene que sacrificar algo de la potencia de su hermano de tracción integral. Monta el mismo bloque 5.2 V10 atmosférico, pero en lugar de 610 CV y 560 Nm de par, “solo” desarrolla 580 CV y 540 Nm de par máximo.
Con todo, acelera de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos (dos décimas más lento que su hermano), de 0 a 200 en 10,1 segundos y alcanza una velocidad máxima de 320 km/h (tres menos).
Su precio para Europa es de 150.000 euros, más los impuestos propios de cada país.
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