Los Mossos d’Esquadra han compartido en X, antes Twitter, una imagen con un conductor al que han detectado mientras conducía su Lamborghini Urus por la AP-7 a una velocidad de 223 km/h.
El SUV deportivo italiano se encontraba a la altura de Viladensens, en Girona, en un tramo que como ocurre con toda la autopista tiene su límite máximo en 120 km/h, por lo que prácticamente estaba duplicando la velocidad permitida.
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Los agentes le detuvieron y ahora se enfrenta a una sanción que es susceptible de ser considerado como delito penal.
Superar en más de 80 km/h la velocidad permitida en vías interurbanas, es decir, a 200 km/h o más en autopistas limitadas a 120 km/h, implica una posible retirada del carné de conducir entre 1 y 4 años, así como prisión de tres a seis meses, multa de seis a 12 meses o trabajos para la comunidad de 31 a 90 días.
Desde la Dirección General de Tráfico (DGT) recuerdan constantemente la importancia de respetar los límites de velocidad por el peligro que implica superarlos. Los propios Mossos en la publicación apuntaban que “recuerda, tener prisa no es excusa para poner en riesgo la integridad propia y del resto de usuarios de la vía”.
Solo iba a dos tercios de su velocidad máxima
A pesar de lo impresionante de la velocidad al que le alcanzaron, que es ilegal en cualquier carretera española, en realidad el Lamborghini Urus puede ir mucho más rápido. Dependiendo de la variante, la velocidad máxima del modelo varía, pero en cualquiera de ellas supera los 300 km/h.
En el caso del Urus Performante puede llegar hasta los 306 km/h, mientras que el Urus S se queda en 305 km/h. La versión híbrida enchufable, que ha sido la última en presentarse, es incluso más rápida. En su caso la velocidad punta que puede alcanzar es de 312 km/h.
Los dos térmicos montan el mismo motor 4.0 V8 biturbo que desarrolla 666 CV de potencia y 850 Nm de par máximo, mientras que el Urus PHEV desarrolla 800 CV y 950 Nm de par máximo.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.