Existe una herramienta que reduce los atascos, las paradas y arranques de los vehículos, los accidentes… Controla la velocidad de los conductores, pero no es un radar: son los tramos de velocidad variable y, ahora, llega a una autopista española.
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Núria Parlon, consejera de Interior, ha anunciado una batalla de medidas para mejorar la seguridad de la autopista AP-7. ¿El motivo? El incremento de la siniestralidad en la citada vía.
En muchos de estos accidentes, ha habido dos factores determinantes. El primero de ellos es el exceso de velocidad, mientras que el segundo es el consumo de alcohol y drogas.

Para anticiparse a estos siniestros y reducir el nivel de siniestralidad de la AP-7 llevarán a cabo obras en los carriles complementarios y de incorporación, más radares, más controles y un nuevo sistema predictivo de accidentes con Inteligencia Artificial (IA).
A estas medidas hay que añadir un tramo de velocidad variable: irá de Maçanet de la Selva hasta El Vendrell y abarcará 150 kilómetros. Contará con IA y ayudará tanto a controlar el ritmo de los vehículos como a reducir algunas de las incidencias que se producen.
Tramos de velocidad variable
Los tramos de velocidad variable están presentes en países como Alemania, Francia, Países Bajos, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón. Desde 2009, llegaron a varios de los accesos a Barcelona.
Explica el Servei Català de Trànsit que esta herramienta de gestión del tráfico permite modular la velocidad, a la baja, en función del escenario. Para ello, recopilan, en tiempo real, los datos que llegan desde sensores y cámaras que están instalados en la carretera.
Con una serie de algoritmos determinan que límite es el mejor para cada segmento. Estas variaciones se comunican a través de los paneles luminosos de la vía y en ellas influyen varios factores:
- Congestión del tráfico.
- Posibles incidencias de seguridad viaria: accidentes, obras, trabajos de mantenimiento, etc.
- Nivel de contaminación.
- Inclemencias meteorológicas: lluvia, niebla, viento…

Ventajas de los tramos con velocidad variable
Poder elegir la velocidad máxima de cada tramo es beneficioso para gestionar cualquier incidencia viaria: tanto las previstas como las imprevistas. Además, también reduce y minimiza la severidad de las congestiones.
Por otro lado, disminuye las paradas y arranques de los vehículos: con esto se logra una movilidad más homogénea. Algo que ayuda a mitigar la probabilidad de que se produzcan accidentes, ya que mejora la seguridad viaria.
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