La alta especialización de los trabajadores y la automatización de las factorías de automóviles, con muchos procesos robotizados, permiten obtener unos altos estándares de calidad. Pero las fábricas no están exentas de errores. Y uno de los últimos es la pintura de color rosa chicle de un Ford Mustang Mach-E, un tono que no aparece en la paleta de colores del fabricante estadounidense.
Un error de producción
La metedura de pata, conocida ahora, se produjo en 2020 durante la fase de preproducción del deportivo eléctrico. El ingeniero Alexis Aguilar, que se encarga de los efectos externos en la pintura de los Mustang Mach-E en la planta de Ford de Cuautitlan (México), ha mostrado las imágenes en su perfil de Facebook.
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Y no se trata de un sabotaje, sino simplemente de un fallo humano. El encargado de la estación olvidó limpiar las pistolas de pintura tras dispensar una capa base de color blanco. Inmediatamente después cargó un color rojo en los depósitos y, al pulverizar la nueva capa de pintura sobre el vehículo, la mezcla se convirtió en un llamativo color rosa chicle.
Las pruebas del Mustang Mach-E
El Mustang rosa era uno de los modelos que la marca usó durante la preproducción para los ensayos de calidad. Este automóvil en particular recibió varios tonos para probar el nivel de la pintura y también la configuración de la cabina de pintado.
“El coche rosa contaba ya con tres capas de pintura debajo antes del repintado accidental. Estuvo un par de días en la estación de pintado esperando a probar más colores en su carrocería”, cuenta el ingeniero Alexis Aguilar.
Los diferentes Mustang Mach-E de preproducción, tras acabar con las pruebas específicas, corrieron una suerte dispar. Ford vendió algunas unidades a los empleados de la planta, otras han sido usadas como coches de exhibición por la firma y el resto fueron desmontadas para reaprovechar sus piezas.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.