Parece de película: hace un giro ilegal delante de la policía y al mirar dentro, no hay conductor

La cada vez mayor presencia de los coches autónomos está llevando a situaciones en las que los agentes no saben a quién multar.

coche autónomo
El agente tras detener al coche autónomo.

La conducción autónoma es el próximo gran avance de la movilidad, pero, aunque mejora a grandes pasos, todavía a día de hoy presenta ciertas lagunas. Éstas son tanto técnicas como legales y, cuando se combinan ambas, da lugar a situaciones particulares en las que se cometen irregularidades ante las que la policía no tiene muy claro qué hacer.

La última ha sucedido cuando los agentes del cuerpo de policía de San Bruno, en Estados Unidos, se encontraban realizando una operación de control de alcoholemia. En ese momento vieron una maniobra, justo en frente de ellos, que les dejó sorprendidos: un vehículo llevaba a cabo un giro de 180 grados en un semáforo, algo que no se podía hacer en ese punto.

Su sorpresa fue mayúscula cuando, al cambiar de dirección, vieron que en el puesto del conductor no había nadie, porque era un coche autónomo de Waymo, basado en un Jaguar I-Pace. A pesar del shock, los agentes le dieron el alto al vehículo y lo detuvieron.

Sin embargo, la situación que se dio a continuación es una de las que tan complicado hacen, por el momento, la implantación de la conducción autónoma a gran escala. Dado que no había ningún conductor, no había a quien multar, así que sencillamente contactaron con la empresa para informarles del fallo, esperando que pudieran averiguar lo ocurrido para que no volviera a pasar.

Algo que a cualquier otro conductor le hubiera supuesto una sanción, en este caso se quedaba en mera advertencia. En la propia publicación del cuerpo de policía explican: “Para quienes crean que estamos siendo indulgentes, hay una legislación en proceso que permitirá a los agentes emitir avisos a la empresa…”.

A pesar de ello, es lógico que surjan las dudas al respecto ya que, aunque la tecnología está cerca de poder hacer que los coches se conduzcan por su cuenta, aunque con fallos como éste, el problema de su puesta en marcha es legal, puesto que, en el caso de provocar un accidente, hay que dejar muy claro quien es el responsable, si la marca de coches, el usuario en caso de ser particular, la compañía si se trata de un servicio de coche compartido, etc.

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